Padre Arteaga – Circular nº35
Movimiento Sacerdotal Mariano ¡Ave María! Circular RR. Nº 35 / 15-9-1989 Fiesta de Ntra. Sra. de los Dolores MEDITACION de la mañana (29 de junio de 1989) Hermanos sacerdotes: hemos llegado al cuarto día de nuestro Cenáculo y parece como si la Virgen nos hubiera llevado de la mano en esta experiencia de oración, en esta experiencia de fraternidad, en esta experiencia serena y tranquila de Cenáculo. (En este punto pide perdón a todos por su carácter impulsivo: el motivo fue que al entrar en el salón para darnos la meditación, un sacerdote estaba repartiendo unas fotocopias y se las arrebató de las manos bastante enfadado; y continúa hablando así…) Pero mirad que el demonio es astuto, nos tiende pequeñas insidias, no grandes; nos manda pajarillos, no pajarracos, para arrebatarnos la palabra sembrada en el corazón, y los pajarillos son estas distracciones: aquel sacerdote quiere presentaros una estatua, éste pretende repartir un mensaje; aquel otro quiere presentaros su libro; todas son pequeñas insidias para arrebataros el recogimiento y vaciaros de la gran gracia que la Madre os concede, ¿comprendéis?. Vigilemos, pues, y tratemos de corresponder al designio de la Virgen. Digo que nos ha llevado de la mano, ¿por qué? El primer día el Padre Vicente Cuomo nos ha hablado de la “Consagración”, de cómo debe ser vivida. De los frutos de la Consagración nos ha hablado el P. Miguel: de la santidad sacerdotal. Y lo ha hecho muy bien. Todos los que se consagran a la Virgen deben hacerse santos, una santidad probablemente, no según nuestro modelo, sino según el designio de su Corazón… pequeños para los demás, grandes para Ella. ¡Almas de Dios! Nos deja los defectos como un don; ¡gracias Madre!, entonces me atengo a esto. Pero Ella nos transforma interiormente, en el alma, en el corazón, para llevarnos a amar a Jesús. A Pedro le amó impulsivo como era; y Jesús le eligió como era; en el momento en que no quería lavarse los pies, en el momento en que cortó la oreja a Malco; hasta en el momento que le negó, Jesús le amó. Y después de arrepentido, Jesús le aceptó y le siguió amando igualmente. Jesús nos ama por lo que somos. La Virgen nos conduce a esta santidad. Consecuencia de la santidad es la pequeñez. No es fácil ser pequeños, no es fácil. Si no se es santo según el Corazón de María, no se es pequeño. Por esto la Virgen, en uno de sus mensajes, dice que la pequeñez, al igual que los “ciclaminos” (violetas alpestres), hay que irla a buscar en las alturas: no nos haremos pequeños si no subimos el difícil camino de la santidad. Debéis estar consagrados, debéis ser hoy sacerdotes santos, debéis ser pequeños para formar la potencia de María, para formar el ejército de María, hermanos sacerdotes. Por tanto, para responder a la misión que Ella tiene sobre nosotros y salvar este período histórico forma su M. S. M., porque vivimos tiempos difíciles, tiempos decisivos, tiempos descritos en los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis. Ella nos pide la santidad de los pequeños. Ved, entonces, los temas de mis meditaciones: hoy y mañana los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis en relación con la función de nuestro movimiento según el plan de la Virgen. Hoy comenzamos el último decenio de este siglo. Si leéis el último mensaje publicado, en él se nos dice qué importante y decisiva es esta última década. Escuchemos algunas voces fuera del mensaje. Una de las voces es la del Papa; la otra es la de los científicos soviéticos. El Papa, en el párrafo número 47 de su encíclica “Sollicitudo rei socialis” escribe: “Estamos todos llamados, más aún obligados, a afrontar el tremendo desafío del último decenio del segundo milenio”. Por tanto, el Papa dice que en estos años existe un tremendo desafío, en estos diez últimos años. Precisamente porque los peligros, que a todos nos incumben, son una amenaza para todos. Y ¿cuáles son estos peligros? Dos: 1º, una crisis económica mundial; 2º, una guerra sin fronteras, sin vencedores ni vencidos. Aquí os ofrezco la fotocopia de un artículo publicado en el Corriere della Sera (4/3/1989), cuyo título es: “Según los científicos soviéticos, sobre la tierra se abatirán una serie de calamidades”. Este es el título. ¡Pongámonos en guardia! ¡Comienza el Apocalipsis! Y siguen las citas de los científicos soviéticos, reseñadas por la agencia soviética Tass. Todo esto son las predicciones fuera del mensaje. Pero nosotros sabemos que esta lucha ha comenzado ya y se desarrolla y se está desarrollando en este nuestro siglo. Y os remito a dos puntos de referencia muy seguros: la Virgen de Fátima y el Papa actual. La Virgen de Fátima cuando se apareció como la Mujer Vestida del Sol (13/V/1917), es decir, con toda su potencia. Los signos que da de su presencia: el sol, para indicar: Yo me aparezco, pero me significo por el milagro que realizo: me aparezco como la Mujer, pero como la mujer vestida del sol. Por otra parte, la revolución rusa del 1917. El marxismo ateo, que como ideología ya existía desde mediados de 1800, a través de la revolución rusa de 1917 se transforma en un poder político, dispuesto a conquistar el mundo entero con la fuerza ideológica, política y militar. He aquí por qué en las apariciones de Fátima se nombra expresamente a Rusia; no porque la Virgen sea una política, o quiera ir al parlamento de los diputados, no; porque sabe que con aquel mensaje suyo, porque sabe que debe hacer frente al Dragón y presentarle batalla. Los mensajes, por lo que hoy se conoce y por lo que se intuye, aunque todavía no se ha revelado, hablan de esta lucha de carácter, sobre todo religioso. El Papa actual, dirigiéndose a todos, ha dicho: “Hoy estamos viviendo el capitulo 12 del Apocalipsis”. Pero, ¡almas de Dios!, es el mismo Papa quien nos dice que lo estamos viviendo ¡ hoy! La Virgen forma su ejército para esta batalla.…
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