Padre Arteaga – Circular nº35

Padre Arteaga – Circular nº35

Movimiento Sacerdotal Mariano

¡Ave María!

Circular RR. Nº 35 / 15-9-1989

Fiesta de Ntra. Sra. de los Dolores

MEDITACION de la mañana (29 de junio de 1989)

Hermanos sacerdotes: hemos llegado al cuarto día de nuestro Cenáculo y parece como si la Virgen nos hubiera llevado de la mano en esta experiencia de oración, en esta experiencia de fraternidad, en esta experiencia serena y tranquila de Cenáculo.

(En este punto pide perdón a todos por su carácter impulsivo: el motivo fue que al entrar en el salón para darnos la meditación, un sacerdote estaba repartiendo unas fotocopias y se las arrebató de las manos bastante enfadado; y continúa hablando así…)

Pero mirad que el demonio es astuto, nos tiende pequeñas insidias, no grandes; nos manda pajarillos, no pajarracos, para arrebatarnos la palabra sembrada en el corazón, y los pajarillos son estas distracciones: aquel sacerdote quiere presentaros una estatua, éste pretende repartir un mensaje; aquel otro quiere presentaros su libro; todas son pequeñas insidias para arrebataros el recogimiento y vaciaros de la gran gracia que la Madre os concede, ¿comprendéis?. Vigilemos, pues, y tratemos de corresponder al designio de la Virgen.

Digo que nos ha llevado de la mano, ¿por qué? El primer día el Padre Vicente Cuomo nos ha hablado de la “Consagración”, de cómo debe ser vivida. De los frutos de la Consagración nos ha hablado el P. Miguel: de la santidad sacerdotal. Y lo ha hecho muy bien.

Todos los que se consagran a la Virgen deben hacerse santos, una santidad probablemente, no según nuestro modelo, sino según el designio de su Corazón… pequeños para los demás, grandes para Ella.

¡Almas de Dios! Nos deja los defectos como un don; ¡gracias Madre!, entonces me atengo a esto.

Pero Ella nos transforma interiormente, en el alma, en el corazón, para llevarnos a amar a Jesús.

A Pedro le amó impulsivo como era; y Jesús le eligió como era; en el momento en que no quería lavarse los pies, en el momento en que cortó la oreja a Malco; hasta en el momento que le negó, Jesús le amó. Y después de arrepentido, Jesús le aceptó y le siguió amando igualmente. Jesús nos ama por lo que somos. La Virgen nos conduce a esta santidad.

Consecuencia de la santidad es la pequeñez. No es fácil ser pequeños, no es fácil. Si no se es santo según el Corazón de María, no se es pequeño. Por esto la Virgen, en uno de sus mensajes, dice que la pequeñez, al igual que los “ciclaminos” (violetas alpestres), hay que irla a buscar en las alturas: no nos haremos pequeños si no subimos el difícil camino de la santidad.

Debéis estar consagrados, debéis ser hoy sacerdotes santos, debéis ser pequeños para formar la potencia de María, para formar el ejército de María, hermanos sacerdotes.

Por tanto, para responder a la misión que Ella tiene sobre nosotros y salvar este período histórico forma su M. S. M., porque vivimos tiempos difíciles, tiempos decisivos, tiempos descritos en los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis. Ella nos pide la santidad de los pequeños.

Ved, entonces, los temas de mis meditaciones: hoy y mañana los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis en relación con la función de nuestro movimiento según el plan de la Virgen.

Hoy comenzamos el último decenio de este siglo. Si leéis el último mensaje publicado, en él se nos dice qué importante y decisiva es esta última década.

Escuchemos algunas voces fuera del mensaje. Una de las voces es la del Papa; la otra es la de los científicos soviéticos. El Papa, en el párrafo número 47 de su encíclica “Sollicitudo rei socialis” escribe: “Estamos todos llamados, más aún obligados, a afrontar el tremendo desafío del último decenio del segundo milenio”.

Por tanto, el Papa dice que en estos años existe un tremendo desafío, en estos diez últimos años. Precisamente porque los peligros, que a todos nos incumben, son una amenaza para todos.

Y ¿cuáles son estos peligros? Dos: 1º, una crisis económica mundial; 2º, una guerra sin fronteras, sin vencedores ni vencidos.

Aquí os ofrezco la fotocopia de un artículo publicado en el Corriere della Sera (4/3/1989), cuyo título es: “Según los científicos soviéticos, sobre la tierra se abatirán una serie de calamidades”. Este es el título. ¡Pongámonos en guardia! ¡Comienza el Apocalipsis! Y siguen las citas de los científicos soviéticos, reseñadas por la agencia soviética Tass. Todo esto son las predicciones fuera del mensaje.

Pero nosotros sabemos que esta lucha ha comenzado ya y se desarrolla y se está desarrollando en este nuestro siglo. Y os remito a dos puntos de referencia muy seguros: la Virgen de Fátima y el Papa actual. La Virgen de Fátima cuando se apareció como la Mujer Vestida del Sol (13/V/1917), es decir, con toda su potencia. Los signos que da de su presencia: el sol, para indicar: Yo me aparezco, pero me significo por el milagro que realizo: me aparezco como la Mujer, pero como la mujer vestida del sol.

Por otra parte, la revolución rusa del 1917. El marxismo ateo, que como ideología ya existía desde mediados de 1800, a través de la revolución rusa de 1917 se transforma en un poder político, dispuesto a conquistar el mundo entero con la fuerza ideológica, política y militar.

He aquí por qué en las apariciones de Fátima se nombra expresamente a Rusia; no porque la Virgen sea una política, o quiera ir al parlamento de los diputados, no; porque sabe que con aquel mensaje suyo, porque sabe que debe hacer frente al Dragón y presentarle batalla.

Los mensajes, por lo que hoy se conoce y por lo que se intuye, aunque todavía no se ha revelado, hablan de esta lucha de carácter, sobre todo religioso.

El Papa actual, dirigiéndose a todos, ha dicho: “Hoy estamos viviendo el capitulo 12 del Apocalipsis”.

Pero, ¡almas de Dios!, es el mismo Papa quien nos dice que lo estamos viviendo ¡ hoy!

La Virgen forma su ejército para esta batalla. Entonces debemos explicar este capítulo, ¿estáis de acuerdo?

El libro de los mensajes es un libro, según mi parecer y precisamente porque no es mío sino de la Virgen, que contiene joyas, cosas preciosas, verdades aún no comprendidas, secretos o profecías todavía no del todo comprensibles.

Algunas veces la Virgen hace referencia a un argumento, y luego lo profundiza y lo desarrolla. Me he dado cuenta, al leer un mensaje, que dice una frase, y después de un año la desarrolla y la esclarece.

Quiero subrayar una frase que leí por vez primera en el mensaje del 13/X/1987, cuando me encontraba en Hong-Kong en el 70º aniversario de las apariciones de Fátima.

El titulo del mensaje es: “Pondré fin a vuestra esclavitud..”. En este año mariano, vuestra Madre Celeste abre la puerta a la nueva era de vuestra liberación.

“Abre la puerta”, habrá que ver cuánto tiempo se necesitará para pasarla, pero Ella dice que “abre la puerta”.

Luego continúa: “Por esto pronto veréis los signos extraordinarios que daré para que os preparéis al mayor milagro que ya está a punto de realizarse. El milagro del Sol, que aconteció durante mi última aparición en Fátima, sólo fue un signo profético para indicaros que todos miréis el Libro que aún está sellado. Dios me envía hoy a abrir este Libro para que os sean revelados sus secretos..”

Transcurre un año: 13 de octubre de 1988. Después de un año el titulo del mensaje es: “Os abro el libro sellado”.

“…El Señor me manda a vosotros para que lleve a cabo el plan que la Santísima Trinidad me ha confiado en estos tiempos.

Os abro el libro sellado para que se revelen los secretos en él contenidos. Os he reunido de todas las partes de la tierra y habéis sido formados por Mí para estar prontos a los grandes acontecimientos que os aguardan”.

Ved ahí el porqué. La Virgen se ha formado su ejército; ha querido la Consagración; nos ha reducido a la nada; ha construido nuestra santidad interior; ha querido que experimentásemos nuestra miseria, porque su potencia, hermanos, se fundamenta en la debilidad.

Si reflexionáis, el Señor escoge siempre lo que según el mundo es débil, es pobre, es mísero, es nada, para que nadie se gloríe delante del Señor.

Tanto más escoge la pequeñez cuanto más se mira en Aquella que por definición se llama “la esclava del Señor”.

Esta es la misión reservada a nosotros sus hijos en esta lucha.

Y ahora os debo decir algunas cosas reservadas, y después os diré algo más.

Este año estuve celebrando cenáculos regionales (en Florencia, en Colle Valenza, en Santa María della Addolorata, en Foggia y finalmente el 25 de abril en Roma). Volví a Roma el 28 y me esperaba el sábado un cenáculo de una entera jornada con sacerdotes y fieles.

Estaba muy cansado. Aquella noche no conseguía dormir. Me encontraba sometido a una infestación diabólica del tipo obsesivo. ¿Comprendéis?

Eran ya las dos de la madrugada y me voy a la capilla y digo:

“Mira, Jesús, déjame dormir sobre tu corazón, porque si no mañana no podré celebrar el cenáculo. ¿Cómo podré celebrar mañana el cenáculo si esta noche no consigo dormir?”

Y, entonces, torno convencido pensando que Jesús me ofrecía su corazón como a Juan, y que descansando sobre este dulcísimo almohadón me dormiría al momento.

Pero, al contrario, de improviso, me envuelve una luz, y se me representan los capítulos 12 y 13 del Apocalipsis, y todo se me explica. Tanto es verdad que a pesar de ser ya las dos de la madrugada, me puse a escribir sobre unos folios que tenía allí sobre la mesa.

Y esto será un poco el tema de las meditaciones que os daré hoy y mañana.

Pero desde el 1º de mayo la Virgen ha comenzado a darme en forma de mensajes públicos todo lo que os estoy diciendo.

Este año he tenido hasta 11 mensajes públicos. Cinco de estos son la explicación de todo lo que os digo con mis palabras. Los títulos de los mensajes son los siguientes: 1º Las dos alas de la gran águila. 2º El enorme dragón rojo. 3º La bestia semejante a una pantera. 4º La bestia semejante a un cordero. 5º El número de la bestia: el 666. Ahora bien, a aquel que le interese, porque esto no entra dentro del horario programado de los Ejercicios, he pensado que el que lo desee puede esta tarde de 8,45 a 9,30 venir al salón y escuchar la lectura de estos mensajes (son 24 folios), como para confirmar con las palabras de la Virgen, lo que os voy a decir en las meditaciones. Pero con una condición: que ninguno traiga magnetófono; los mensajes no deben ser grabados.

Absolutamente, hermanos sacerdotes, no bromeo, no se deben grabar; no somos niños. Habéis visto lo que sucedió con aquel mensaje hace dos años. Se difundió por todo el mundo en diez formas diversas, algunas de ellas completamente equivocadas. No debemos obrar así. Y ésta es la razón por la que esta vez los tengo ya escritos y se los leeré mañana a todo el que los desee escuchar.

Y ¿Por qué no se graban? Porque ya está escrito el texto y por tanto cuando en su momento mandemos a todos los mensajes ya escritos, tendrán todas las garantías. Si vosotros los grabáis ahora y hacéis copias, haríais un trabajo inútil. Y puesto que no sois niñatos, sino personas maduras, porque hay una madurez humana al lado de la infancia espiritual, si os digo que no traigáis mañana el magnetófono, estoy seguro que no lo esconderéis en el bolsillo, ¿comprendéis? (Risas.)

Y entonces comencemos un poco nuestras acotaciones al capítulo 12 del Apocalipsis. Habría tanto que decir…

Hermanos, en este siglo se está combatiendo la mayor batalla entre Dios y su Adversario.

El demonio no puede atacar directamente a Dios. ¡ Oh!, si el demonio pudiese, de buena gana de un bocado se lo tragaría. Pero no puede ya, no puede ya combatir directamente contra Dios. ¿Por qué? Porque ya lo probó una vez, y de Lucifer, el ángel de la Luz, se convirtió en Satanás; del Paraíso al infierno por toda la eternidad. ¡No puede ya!

Lo dice el capítulo 12 del Apocalipsis: “Hubo una batalla en el cielo”, ¡la sola!, ¡la única! Miguel y sus ángeles peleaban contra el Dragón. Y aquí se habla naturalmente de esta inmensa lucha que se tuvo a nivel angélico. El Dragón combatía junto con sus ángeles; los ángeles rebeldes contra los ángeles fieles. Pero no pudieron triunfar y no fue hallado su lugar en el cielo. ¡Abajo, al infierno!

No pudiendo llegar hasta el Cielo, suben del infierno y llegan a medio camino, hasta donde pueden llegar. El gran Dragón, la antigua Serpiente, aquel a quien llaman Diablo y Satanás y que extravía toda la redondez de la tierra, fue precipitado en la tierra y sus ángeles fueron con él precipitados.

¡He aquí el lugar de su combate! ¡He aquí donde fueron arrojados también sus ángeles!

Entonces, allí Satanás combate a Dios después del Cielo. El infierno es ahora la tierra que se le ha concedido y pensando, entonces, que éste es el lugar de su batalla, ¡ ay de la tierra y del mar!, porque descendió el diablo a vosotros animado de gran furor por cuanto sabe que le queda poco tiempo.

Sabe que le queda poco tiempo.

El tiempo de frente a la eternidad ¿qué significa? ¡Nada!

Y durante este tiempo, enfurecido trata de combatir a Dios en la tierra.

Y ¿de qué manera?. Indirectamente. Combate a Dios en las obras en que Dios se glorifica. Combate a Dios en su obra maestra.

¿Queréis, por ejemplo, ofender a un artista? Un pintor os presenta su cuadro y le decís: “¡Vaya, qué estupidez!” Le dais un bofetón.

¿Queréis ofender a un artista? Arruinad su obra de arte. Imaginad a Miguel Angel después de haber pintado su Juicio Universal. Poco después llega un loco y todo lo ensucia y todo lo arruina.

¡ Mortificad al artista en su obra maestra!

Satanás ataca a Dios en las obras, donde se glorifica, hermanos, el Padre. Ataca a la Trinidad.

En la Creación, el Padre ha creado todo el Universo para su mayor gloria. Toda la Creación se ordena a la glorificación del Padre.

Y ¿dónde se glorifíca Cristo? En la nueva Creación. En conducir toda la Creación, arruinada por Satanás por el pecado, a su primitivo esplendor a través de la Redención.

El Padre se glorifica en la Creación, el Hijo se glorifíca en Redención, la cual se completa en la salvación de las almas, porque Cristo sobre la Cruz murió por la salvación de todos.

Muchas veces me digo, a veces los sacerdotes nos comportamos como si la Iglesia fuese nuestra, aun hasta los obispos, aun los cardenales y ¡no!: la Iglesia es ¡de Cristo!, heredada de las tres horas de su agonía sobre la Cruz.

Perdonad, si Jesús dijo a un alma santa que El habría dado toda su sangre aun por salvar a una sola alma, y esto es verdad; imaginad qué sufrimiento, me atrevería a decir casi derrota de Cristo, que prueba cuántas almas van al infierno y hacen inútil la obra de la Redención.

Y entonces, este malvado Satanás, la antigua Serpiente, el Diablo, el Dragón, lleno de gran furor se desencadena para perder a las almas, y así vencer a Cristo, que con su Redención, las ha salvado. Le ataca en las almas.

¿Dónde se glorifica el Espíritu Santo? En la obra de la Santificación.

El Padre en la obra de la Creación, el Hijo en la obra de la Redención, el Espíritu Santo en la Santificación, que realiza a través de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, fundada para transmitir la gracia. Y los medios de la gracia son los sacramentos para llevar a todos a la santidad.

Por algo el Espíritu Santo es el alma de la Iglesia.

Y entonces, ved por qué Satanás, el Dragón, se desencadena contra la Iglesia para combatir al Espíritu Santo. Y entonces comprenderéis cómo todo se reduce a una gran lucha. Grande contra Dios en su misterio Trinitario. Combate al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en la Creación, en la Redención y en la Santificación.

Para llevar a cabo esto, el demonio suscita tres bestias: la primera el Dragón (cap; 12); la segunda la bestia negra, semejante a una pantera negra; la tercera bestia semejante a un cordero.

Esta mañana, si me lo permitís, quisiera hablaros del capitulo 12, del Dragón, y por la tarde comenzaré a hablaros de la bestia semejante a una pantera.

Mañana por la mañana trataré de la bestia semejante a un cordero, y por la tarde concluiremos con la meditación final de estos Ejercicios.

¿Quién es el Dragón Rojo? La Virgen nos lo había dicho ya en un precedente mensaje. El Dragón Rojo es el ateísmo marxista o el comunismo ateo. Ved en ellos al Dragón Rojo.

Tiene diez cuernos y siete cabezas; sobre cada cabeza una corona.

De las coronas os hablaré por la tarde, cuando os dé la explicación.

También la bestia semejante a la pantera lleva diez cuernos y siete cabezas. Pero ahora, prestad atención. El Dragón lleva la corona sobre las cábezas. En cambio la bestia negra lleva la corona sobre los diez cuernos.

¿Qué quiere decir esto? La corona es signo de realeza, signo de dominio, signo de poder. Quiere decir que el Dragón Rojo ejerce su potencia a través del comunismo ateo de los Estados comunistas donde él domina; en los Estados comunistas, donde él impera; en los Estados comunistas donde él tiene poder.

He ahí por qué la cabeza indica el jefe de cada Estado, y la corona, el poder que él ejercita. ¡Combate!, y en esta lucha logra conquistar gran parte de la tierra.

¡Ay de vosotros, habitantes de la tierra!, porque Satanás se ha desencadenado con extrema fiereza.

¿Cómo conquista la Tierra? Allí donde puede, a través de la fuerza política y militar, llevando a todos los pueblos al ateísmo, elevado a sistema político-social; al ateísmo enseñado desde la primera elemental a la Universidad. A saber, impone la negación de Dios, difundiendo el error del ateísmo teórico-científico. Allí donde no logra dominar con el poder político o militar como sucede, podemos decir, tanto para entendernos, en el Oriente, en nuestro Occidente usa entonces una táctica más sutil, difunde su ideología para llevar al mayor número posible al ateísmo práctico. Y entonces, comprenderéis, suscita mucho bienestar, la “dolce vita”, para que el hombre caiga víctima del materialismo. Lleva el progreso técnico al vértice y que el hombre en todos los sectores consiga una perfección técnica jamás lograda.

Entre paréntesis, os recuerdo la plática de ayer de D. Iván, en la que nos decía que en treinta años se ha progresado más que en ocho siglos en el plano de la ciencia y de la técnica.

Y entonces como hoy se difunde en el ambiente el aire contaminado que lleva a la corrupción, y el Papa en la próxima jornada de la Paz, hablará sobre esta contaminación, causada por el desorden moral, por la corrupción, hermanos sacerdotes, esta atmósfera que se difunde, que trata de buscar el motivo de vivir en el placer, en el sexo, en el materialismo, en el hedonismo conduce al hombre a ser prácticamente indiferente de frente a Dios. Dios no le interesa ya.

Este ateísmo práctico es más peligroso que el ateísmo teórico porque donde éste se impone por la fuerza suscita la reacción, mientras que aquél por el contrario, como todos somos guapos, bien vestidos, bien comidos y un tanto pasotas, todos nos dormimos sobre los laureles.

El ateísmo práctico lleva a esto: a la negación de Dios sin ni siquiera darse cuenta, con la ilusión de ser libres.

Como consecuencia de este ateísmo teórico y práctico, hoy, este nuestro siglo, ha construido una nueva civilización. Algunos la llaman ya post-cristiana, no lo sé. Una civilización atea, una civilización sin Dios.

El Papa afirmaba: “Hoy la humanidad ha construido una civilización sin Dios, de tal forma como jamás se conoció desde el comienzo de su historia”.

Ved a aquel que en el inicio de la historia, se presenta como Serpiente sinuosa para insidiar astutamente, y que en el centro de la historia se presenta como Satanás en persona para insidiar con su inteligencia: ¿Tienes hambre? Di que estas piedras se conviertan en pan… Tú sabes la Escritura: échate de aquí abajo, Dios encargará a sus ángeles que te tomen en sus manos para que no tropiece tu pie contra una piedra… Insidia con su inteligencia para arruinar el designio de Cristo. Le tienta a Jesús mismo.

Pero también insidia con su potencia. He aquí por qué la Serpiente antigua, Satanás, en estos tiempos del Apocalipsis, se convierte en el enorme Dragón Rojo.

Naturalmente cuando visité Yugoslavia y predicaba tenía un poco de miedo, y entonces no decía el enorme Dragón Rojo, sino el enorme Dragón grueso. (Risas.) (N. del T: Aquí D. Gobbi juega con la fonética de las palabras italianas: rosso (rojo) y grosso (grueso, gordo). Y bien, hermanos, entonces con su poder arrastra a toda la humanidad. Echad una mirada a la civilización de hoy, una civilización que en la expresión del pensamiento, de la filosofía, del arte, de la sicología, de la sociología, hasta en la expresión religiosa se vanagloria de expresar un cristianismo sin Dios, ¡mirad qué solemne majadería! Ha dominado la tierra.

Mas para conseguir esto, tenía un obstáculo: la Mujer, la Adversaria.

Y, entonces, debía eliminar a la Mujer, si no jamás lo lograría plenamente.

Y ¿cómo arreglárselas para eliminar a la Mujer? Escuchemos la Escritura: “La Serpiente vomitó de su boca detrás de la Mujer como un río de agua para hacer que el río la arrastrase”.

Y ¿qué otra cosa es éste a manera de río de agua sino el complejo de las nuevas teorías teológicas, que en estos últimos años han tratado de sumergir a María negando sus privilegios, redimensionándola estúpidamente, burlándose de sus devotos. Y luego ha hecho aún una más gorda: echando fuera de sus iglesias sus imágenes y estatuas.

Cuando visité Nueva Zelanda, tremendo “shock”!, yendo a celebrar cenáculos, me llevaron a visitar la catedral dedicada a María, Madre de Dios. Entro en la catedral, pero ¿dónde estás Madrecita mía? Iba acompañado de un padre, y me parecía que éramos San José y la Virgen cuando iban en busca del niño Jesús durante tres días. Lo buscaban y no lo encontraban. (Risas.) La buscaba… salgo y la habían echado fuera de su catedral.

Entonces vinieron en su auxilio las dos alas de la gran águila.

¿Qué son estas dos alas? La palabra de Dios.

El Apocalipsis habla de cuatro animales, que simbolizan el Evangelio. El águila simboliza el Evangelio de San Juan, porque el águila vuela muy alto de cara al sol, y el Evangelio de San Juan vuela de cara al sol; entra dentro del corazón de la divinidad, apela a la divinidad, a la eternidad, a la consustancialidad del Verbo, a la divinidad de Cristo:

“Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios…” “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Y bien, imaginad, almas de Dios, un águila sin alas. El águila es un ave que vuela muy alto. Sin alas semejaría a una gallina, no a un águila. Sin las alas del águila, la gallina no puede volar alto.

Y, entonces, ¿cuales son las dos alas que permiten a la Palabra de Dios penetrar en la vida y transformarla y levantarla a las alturas? ¿Cuáles son?

He aquí las dos alas: 1ª, la Palabra de Dios acogida mediante la fe; 2ª, la Palabra de Dios .vivida mediante la caridad.

Y ved que María es la que más y mejor que todos ha acogido en su corazón la Palabra de Dios, la ha meditado, la ha custodiado, la ha vivido, y por esto ha sido exaltada por su vida de fe, vuela a las alturas.

María es la que más que todos la ha vivido en su vida, la ha convertido en vida, y por tanto ha sido elevada por los caminos de la caridad, del ejercicio de las virtudes, de la santidad plena.

María en estos mismos tiempos, en los que se intenta sumergiría, redimensionarla, para hacer desaparecer su devoción, lo que en tantos lugares se ha logrado ya, aparece en toda su grandeza, sobre las alas de la Palabra de Dios. Aparece como Aquella que más y mejor ha creído; y en estos tiempos de crisis de fe, de creciente apostasía, su persona sobresale como la que ha creído, como ejemplo de fe.

Leed si no la encíclica “Redemptoris Mater”. Es encantadora. De muchos modos es la que nos precede en el camino de la fe.

Los teólogos la demuelen, el Papa la levanta en su verdadera función, sobre las dos alas de la gran águila y la presenta a toda la Iglesia en su verdadera grandeza: María, la que ha creído nos precede en el camino de la fe. Su fe se hace heroica. En estos tiempos en los que al difundirse el pecado se enfría la caridad, y la Iglesia se convierte en un desierto de amor, María sobresale porque siendo la que más que todos ha vivido la Palabra de Dios, ha sido elevada sobre las alas de la santidad, a la plenitud de la santidad, sobre todo, a través del ejercicio de su amor materno, a saber, en el ejercicio de la caridad.

De este modo María rechaza, combate y vence las insidias del Dragón.

Pero ¿cómo le combate? Ved aquí nuestra función. El Dragón lleva a toda la humanidad a la negación de Dios para decir al Padre: Te he mortificado, te he vencido. Tú has creado, pero la humanidad te dice: ¡non serviam!

Pero la Virgen, la sierva del Señor, reúne a sus hijitos.

El Adversario congrega a los más grandes de la política, de la ciencia, del pensamiento y aún de la Iglesia. A los más grandes, hermanos, a los que están en lo alto de la Iglesia.

La Virgen congrega a los más pobres, y no lo digo por falsa humildad, porque vosotros mismos lo podéis comprobar, a los más pequeños, y los introduce dentro del altar de su Corazón Inmaculado. Y a través de la Consagración los conduce a vivir de fe como Ella, a acoger la Palabra de Dios, a creer en estos tiempos de apostasía. Los lleva a vivir la Palabra de Dios como Ella y a hacerse grandes en el amor, en la santidad. ¡He aquí los grandes para Mí!

Cada día se presenta delante del Padre Celeste (y así humilla al Adversario), se arrodilla y dice: “Santísima y Divina Trinidad, en el momento de tu mayor ofensa y negación, Yo, la Madre Celeste, cumplo con mi deber, ofreciendo la vía de mi materna reparación y te ofrezco la puerta de mi Corazón y el homenaje de todos estos mis hijitos, que día a día Yo formo por medio de la Consagración a Mí, a Tu más perfecta glorificación. Y, de este modo, aún hoy, el Señor, de la boca de los niños y de los lactantes, recibirá la perfecta alabanza”.

¡Sea alabado Jesucristo!

PLATICA DE LA TARDE

¡ Alabado sea Jesucristo!

Decimos que el Dragón tiene como misión llevar a la humanidad contra Dios, a la negación de Dios, y se desencadena con extrema violencia.

¡Ay de vosotros tierra y mar!

Pero trata de eliminar el obstáculo.

Y el obstáculo es la Mujer, la Mujer vestida del Sol. Para eliminar este obstáculo la Serpiente vomita por la boca un río de agua detrás de la Mujer para ahogaría.

Hemos visto esta mañana que en socorro de la Mujer vino la gran águila.

¿ Y qué es? La Palabra de Dios acogida con la fe y vivida con la caridad. La Mujer aparece así en toda su grandeza.

“Abrió la tierra su boca y se tragó el río que el Dragón había arrojado de su boca”.

Todas las nuevas teorías teológicas no la tocan, antes bien la ayudan porque aparece entonces en su verdadera grandeza.

Madre y tipo, ejemplo de fe nos precede. Madre de santidad, ¡oh, qué grandeza la de María!

Y ved lo que hace entonces: con sus hijitos forma un ejército y con la consagración a su Corazón Inmaculado les lleva a la mayor gloria de Dios.

1No puede hacer nada el Dragón!

¿Qué puede hacer? Ved lo que puede hacer. (Repite la frase silabeándola con énfasis.)

“Entonces el Dragón se enfureció contra la Mujer. Mas no pudiendo hacer nada contra Ella, se fue a hacer la guerra contra el resto de su descendencia, contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. Y se apostó sobre la playa del mar”, en espera de alguno y hacer una tranquila digestión. (Risas.)

¿En espera de quién? ¿De quién? Prestad atención. En esta lucha contra la Trinidad, el Dragón se desencadena para conducir a la humanidad al ateísmo. Y en gran parte lo consigue.

Pero ahora entran en liza los que creen en Dios, los que observan los diez Mandamientos, los que poseen el testimonio de Jesús.

Se desencadena contra éstos.

Y bien, si el capitulo 12 habla del ataque para llevar al ateísmo, el capítulo 13 habla del ataque contra los que son de Dios, contra los que creen en El, que no son víctimas del ateísmo.

¿Cómo arreglárselas para llevar a cabo esto? Los ataca para llevar a las almas a la perdición, haciendo así vano el sacrificio de Cristo sobre la cruz para nuestra Redención. El ataque, pues, es contra las almas.

Llegado este momento no basta ya el Dragón, ya que el Dragón conduce al ateísmo.

El ataque ahora es contra los creyentes, contra la progenie de la Mujer, contra los que observan los mandamientos de Dios, contra los que poseen el testimonio de Jesús.

Y entonces para combatir este sector tiene necesidad de un auxilio: capítulo 13 del Apocalipsis.

“Yo Juan vi cómo salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre los cuernos diez coronas y sobre las cabezas nombres de blasfemia.

Observad: lleva las coronas, no sobre las cabezas, sino sobre los cuernos.

Era la bestia que yo vi semejante a una pantera, es decir, negra, negra, ¡negra! (Recalca D. Gobbi.); y sus pezuñas eran como de oso y la boca como la de un león. Diole el Dragón su poder, su trono y una autoridad muy grande. Y vi una de sus cabezas como herida de muerte pero su llaga mortal fue curada (luego os diré por qué fue herida de muerte).

Toda la tierra seguía admirada a la bestia y los hombres adoraban al Dragón, porque había dado poder a la bestia… Diósele asimismo una boca que profiere palabras llenas de arrogancia y de blasfemia y fuele concedida autoridad para hacerlo durante cuarenta y dos meses. Abrió su boca en blasfemias contra Dios, blasfemando de su nombre y de su tabernáculo, de los que moran en el cielo. Fuele también otorgado hacer la guerra a los santos y vencerlos. Y le fue concedida autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación. La adorarán todos los moradores de la tierra, cuyo nombre no está escrito desde el principio del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado.

El que tenga oídos, que oiga. Si alguno está destinado a ir a prisión (preparaos sacerdotes, vais a ir a prisión), irá a prisión; si alguno mata por la espada, por la espada morirá.

En esto está la paciencia y la fe de los santos.»

Tratemos de comprender juntos, en esta meditación, la interpretación de este párrafo, que habla de la bestia negra. Ya en un precedente mensaje la Virgen nos decía: “si el Dragón Rojo es el ateísmo marxista, la bestia negra es la masonería”.

¿Por qué negra? Mientras que el Dragón Rojo se manifiesta a las claras con su poder, la bestia tiene el color de la noche, porque se esconde, se oculta, obra en la sombra.

¿Por qué tiene las pezuñas de oso y sólo la boca de león? El león indica potencia pero no en las pezuñas, sólo en la boca. Porque mientras el Dragón actúa abiertamente con su potencia, la masonería actúa con la astucia.

Y ¿por qué la boca de león? Porque su poder está, sobre todo, en los medios de comunicación social. Ved ahí la boca, los medios de comunicación social.

Ahora he de haceros notar una particularidad: el Dragón tiene diez cuernos y siete cabezas coronadas. La corona está sobre cada cabeza.

La bestia, en cambio, al revés: tiene siete cabezas, pero la corona está sobre cada uno de los diez cuernos.

¿Qué quiere decir esto? Yo me lo explico así: la corona (o diadema) es signo de poder. El comunismo ejerce su poder sobre los Estados comunistas; allí domina.

La masonería ejerce su poder a través de las Logias masónicas. Las cabezas de la bestia negra indican las Logias masónicas, pero que no tienen poder porque obran en el escondimiento. El poder sobre el que actúan son los cuernos, es decir, los medios de comunicación social, dominados por la masonería. La masonería obra y maquina a través de los medios de comunicación social.

Una de estas cabezas fue herida de muerte. Es la Logia P2, que ha sido inmediatamente curada (tierra al asunto).

Prosigamos ahora en esta interpretación. Las siete cabezas son las logias masónicas.

El número 7 es simbólico, y comprenderéis enseguida el por qué.

Mientras tanto procuremos finalmente dar la explicación de los diez cuernos.

¿Qué significan los cuernos? ¡Vaya!, siempre se están burlando de los cuernos. Suelen ser siempre dos. (Risas.) Pero esta vez son 10.

El cuerno en el mundo bíblico fue siempre un medio de amplificación de la propia voz. El cuerno en el mundo bíblico fue siempre un medio de comunicación.

¿Cómo se daba el grito del combate? A través del cuerno. El cuerno, podríamos decir, en el mundo bíblico sustituía a lo que ahora en nuestros tiempos es el micrófono. Si abrís el AT, para entenderlo mejor, entonces no se usaba el micrófono, se empuñaba el cuerno, se hablaba a través de él, y la propia voz se amplificaba. El cuerno en el mundo antiguo, bíblico, ha representado un medio de comunicación. ¿Estáis de acuerdo?

Dios comunicó a través de 10 cuernos su santa Ley a su pueblo, los lo mandamientos. Con estos 10 cuernos, con los diez mandamientos, el Señor comunica de inmediato la Ley a su pueblo.

Ved entonces a la bestia negra, a la masonería, que a través de sus diez cuernos, de manera solapada, astuta, maldita, emponzoñada, comunica sus diez antí-mandamientos, que son diametralmente opuestos a la santa Ley de Dios, y que constituyen hoy la ley moral de la humanidad. Son todo lo contrario a los diez mandamientos.

Es una ley coronada porque mientras en el Orden Masónico se esconde y se obra en la sombra, el gran poder de la masonería está en los medios de comunicación social: radio, televisión, de la que habló ayer nuestro querido D. Iván, prensa, que en su mayor parte están en sus manos. Allí, ella domina; allí, ella tiene poder, para difundir los diez antí-mandamientos.

Repasemos un poco los diez cuernos que el Señor comunicó a Moisés, para cotejarlos luego con los diez cuernos de la masonería, que propone su ley.

Dios propone una ley porque el Señor dice a su pueblo: Te comunico la ley, esta es mi Voluntad. Si caminas en esta ley, vas al encuentro Conmigo.

La masonería dice: Te comunico con los diez cuernos una anti-ley. Si caminas por esta senda, si observas esta ley, te pongo en el puesto de Dios, y jamás te encontrarás con Dios.

Dice el Señor: 1º Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otro Dios fuera de Mí.

2º No nombrarás el nombre de Dios en vano (D. Gobbi apostilla con intención: bueno, espero que todos vosotros los sabéis (risas), porque hay muchos fieles que los ignoran, no se los saben de memoria como antaño). Continúa luego la recitación de los restantes mandamientos.)

Todos estos mandamientos se explican estupendamente en los mensajes, que después de la cena os leeré.

Y ahora, ved la táctica de la masonería.

No tendrás otro Dios fuera de Mí. Comprended el juego de esta lucha.

Mientras el Dragón Rojo tiene como misión la negación de Dios, la masonería tiene como misión admitir a Dios, pero para blasfemarlo. La mayor blasfemia consiste en sustituir el culto debido a Dios, poniendo en su lugar a una criatura.

Porque este es el primer mandamiento: Yo soy el Señor tu Dios, y no tendrás otro dios fuera de Mí.

Y, entonces, ved: al hombre, al sexo, al di-ne-ro, ved ahí las nuevas divinidades, y, sobre todo, la meta más codiciada: dar culto a aquel que por definición no lo merece: ¡a Satanás!

Ahí tenéis el por qué, y favorecido por la masonería, en estos tiempos se propaga el culto satánico, se propagan las misas negras por doquier, aun en nuestros países de honda tradición católica, las misas negras!

– No tendrás otro dios fuera de Mí. Lo blasfema construyendo falsas divinidades, falsos dioses, ídolos delante de los cuales la humanidad se inclina en adoración.

– No nombrarás el nombre de Dios en vano. Pero, ¡almas de Dios!, su misión es la de blasfemarlo de manera tan solapada, astuta, que parezca que la blasfemia se justifica, es hasta legítima.

Bajo su influjo se ha llegado a tales aberraciones, que tan sólo hace diez años nos hubiéramos llevado las manos a la cabeza, y el pobre D. Gobbi se habría arrancado los pelos si no fuera calvo. (Risas.)

El sacratísimo nombre de Jesús se ha convertido en marca de fábrica de los pantalones vaqueros, y algunas veces, perdonadme si os hablo abiertamente, la marca de fábrica está colocada en tales lugares que son un bofetón, un escarnio al dulce nombre de Jesús.

Y nosotros ni nos percatamos de la táctica satánica con que la masonería blasfema al santísimo nombre de Cristo.

Y luego, si hubiéramos oído decir, tan sólo hace unos años, que trataban de hacer una película para violar hasta la virginidad de la figura de nuestra Madre Celeste, la titulada Dios te salve, María. Cuando me enteré que había sido filmada tal película, y me encontraba en Roma celebrando cenáculos, dije: mirad que el Señor no nos abandone, porque con El podéis meteros, pero no le toquéis a su Madre.

Y proyectado el film, el único que protesta es el Papa. No hay obispo ni sacerdote que proteste, antes bien hay sacerdotes, entre ellos algunos jesuitas, que la justifican. Y digo: habéis desafiado al Cielo, y el Cielo responderá.

No había transcurrido aún un mes… ¡un desastre!, una compuerta que se rompe, y el barco se hunde en un minuto: 1.500 personas, todas ahogadas, si lo recordáis.

Y ahora nos presentan la película de Scorsese. Aquí tendrían que venir a darnos lecciones los musulmanes, porque todos sabéis que ha sido condenado a muerte aquel que se ha atrevido a escribir un libro contra Mahoma. Todo el mundo musulmán ha reaccionado.

Pero a nuestro Señor se le presenta, para mayor escarnio, en la Cruz, haciendo el amor con la Magdalena desnuda, y apenas hay quien proteste.

¡Ved qué tiempos vivimos! ¡Ved cómo la masonería ha logrado su propósito!

Recordad el tercer mandamiento: Santificar las fiestas. ¿En qué se ha convertido el día del Señor? Lo han convertido en el día de los “comités”, como dicen los ingleses; el día de diversión, el día de las competiciones deportivas. ¡Sin darse cuenta! Un domingo: Milán-Roma! ¡Gran competición ciclista, futbolística! ¡ La extraordinaria extra-Roma! Todos son medios para desacralizar el domingo como el día del culto a Dios, y entregarlo al culto del hombre. ¡ He ahí el tercer cuerno!

¡Cuarto cuerno!: honra al padre y a la madre, viviendo en una familia cristiana, que da significado a la unión de marido y mujer en orden, queridisimos hermanos, a la transmisión de la vida.

Y ahora se legitima la convivencia hasta de los homosexuales. Aun el Parlamento italiano está a punto de aprobar que cuando dos viven juntos, es como si formaran familia. Y con todos los impedimentos para impedir la vida: ¡el aborto!, hermanos, ¡los anticonceptivos! ¡La gran plaga contra este mandamiento!

Por lo que hoy se ha perdido el sentido… observad vuestras familias cristianas, aun entre padres buenos, padres con guapos hijos, que viven en familia. ¿Se casan? No, viven juntos. Cuando se cansan, cada uno va por su lado, y se buscan otro u otra.

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