Ejercicios espirituales en Valdragore, San Marino (28-29 Junio 1982)

Ejercicios espirituales en Valdragore, San Marino (28-29 Junio 1982)

¡Viva MARÍA¡

MEDITACION DE LA MAÑANA  (D.GOBBI)

Queridos hermanosp Sacerdotes:

Os saludo a todos los que habéis venido de tan lejanas tierras para pasar con nosotros estos días de Cenáculo, afrontando viajes tan largos, con este calor, y quedo muy conmovido por el amor que mueve a tantos hermanos que están todavía de viaje.

Pienso en el grupo portugués y francés, a quienes una huelga de pilotos les ha impedido llegar, y que pienso llegarán después de tantas fatigas. Esto, Madre, te dice el gran amor que estos tus hijos tienen hacia Ti.

Ayer en la introducción he procurado haceros comprender que el don que debemos obtener durante este Cenáculo extraordinario es ayudarnos a vivir la Consagración a Su Corazón Inmaculado, y vivirla, hermanos, dentro de nuestra pequeñez y mezquindad. ¡Vivirla! ¡Vi-vir-la!. Estos son los tiempos en que debemos vivir y testimoniar con valentía y sin miedo. Y os digo que la Virgen mira, no nuestra pequeñez, sino nuestra buena voluntad, la de los aquí presentes y la de los 40.000 que ya han mandado su adhesión, la de los que han acogido Su invitación y la de aquellos que han dicho si, y meditan y quieren actuar según los mensajes de Su libro.

Y ahora para ayudarnos a vivirla, me he preguntado esta noche: Madre ¿por que no nos das un medio fácil, sencillo para poder vivir la Consagración a Tu Corazón Inmaculado?.

Hermanos Sacerdotes, me parece que la Virgen me ha hecho encontrar la respuesta.

Ciertamente, el camino que hemos de recorrer es largo durante nuestra existencia, toda nuestra vida. El espíritu de nuestra Consagración lo he encontrado en el libro, que causa tanto fastidio al demonio. Y sabéis ¿por que? ¡Un libro tan sencillo, y da tanto fastidio!. Y la he dicho: Muéstrame un camino sencillo, dime una palabra sencilla que yo pueda decir a los Sacerdotes de como han de vivir la Consagración que te han hecho.

He aquí, hermanos, como podéis vivirla: “Vuestros corazones en el Corazón Inmaculado de la Madre.”

Entonces, Madre, estamos de acuerdo:  mí pequeño corazón, tan pequeño y pobre que tiene miedo de todo, frenado por el egoísmo, tan fácil a apegarse a las cosas y a las criaturas: mi pequeño corazón dentro de tu Corazón Materno. Y de este modo la Virgen ve el corazón de cada uno de nosotros, tal como es, en su Corazón Materno.

Entonces se vive la Consagración en cada momento.

Entonces se responde al designio de María.

Entonces nos preparamos a los momentos que nos esperan.

Entonces no tenemos miedo de nada.

Entonces, sencillamente, nuestros corazones de niños los depositamos en el Corazón Materno de María.

Pero ¿por que debemos depositar nuestro corazón en el Suyo? Pero ¿por que? Porque el acto de Consagración es aquello por lo que sintonizamos y nos confiamos a Ella, y María es Madre y con motivo de su Maternidad es el tipo perfecto de cualquier amor humano. Y, por tanto, es el tipo del amor en la forma mas perfecta del amor creado; por lo que podemos afirmar que María es el Amor. Si nosotros, fuera de Dios, queremos buscar una perfecta forma de amor la encontraremos en María. Por lo que si la queremos definir, aún como criatura, fuera de Dios: Dios es amor, María es el misterio de amor. Y puesto que la sede del amor es el corazón, María es el misterio del Corazón.

Hermanos Sacerdotes, de todas las definiciones esta es la que a mi más me agrada.

Cuando tu Papa ¡oh Madre! intenta definirte, usa siempre esta expresión: María es el misterio del corazón.

El misterio no es una verdad abierta, es una verdad que puede estar oculta, no comprendida por todos, una verdad todavía misteriosa, no a todos revelada esta verdad, no revelada todavía a todos, puede constituir por añadidura un secreto: el secreto de María.

Hermanos Sacerdotes, el santo y el teólogo de la Consagración me dicen por que no se hace la teología de la Consagración, pero ya está hecha por Montfort. S. Luis de Montfort habla de un secreto: el secreto de María, que no será desvelado a todos, que será revelado en los “últimos tiempos” a los apóstoles de aquellos últimos tiempos: el secreto de María.

Yo te pido, Madre, que nos reveles hoy a tus Sacerdotes este secreto: el secreto de María.

Si, estos son los tiempos predichos por Montfort. Estos son los tiempos predichos por la Virgen en Fátima.

Y si es verdad, como dice el Papa, que esta Iglesia espera la segunda venida de Cristo, no podéis negar que estos son los últimos tiempos, que preceden a este segundo adviento. Consecuencia lógica de lo que ha dicho el Papa en la “Redemptor hominis”

Y no se puede, por tanto, negar, Madre, que estos Sacerdotes que Tu llamas de todos los continentes y que con tanta generosidad te responden y se consagran a tu Corazón Inmaculado, y les revistes de Tu Luz: ¡dales tu capacidad de amar y la luz de tu sabiduría, condúcelos por tus caminos, fórmales con celo y poder materno!; no se puede negar, Madre, que estos tus Sacerdotes, a veces tan pobres, pisoteados, perseguidos, humillados, heridos, insidiados, no se puede negar, Madre, que estos tus Sacerdotes, son los Sacerdotes de los “últimos tiempos”. Y entonces, Madre, a ellos lea debes revelar tu secreto.

Y debemos pedir al Espíritu Santo, su Esposo, que nos conceda el don de introducirnos a abrir este “libro sellado” para comprender hoy el secreto de María, que debe ser revelado hoy a vosotros, hermanos Sacerdotes, llamados a ser los apóstoles de estos “últimos tiempos”.

El secreto de María es el misterio de María, es el misterio del corazón. Este Corazón Inmaculado que se abre, que se dilata, que se revela, que quiere recoger a todos: Este Corazón Inmaculado de María es el secreto de María.

Hermanos Sacerdotes, entended cómo aun hoy se repite la frase de Jesús, y esto nos da la respuesta a un fenómeno que se repite en todo tiempo y lugar; la Virgen María llama, pero los que la responden son, por lo general, los más pobres, los más débiles, aún entre los Sacerdotes ¿sabéis?, aún entre los Obispos ¿sabéis?, aún entre los Cardenales, porque son pocos los Cardenales que responden, porque cuando se ocupa un puesto muy alto en la Iglesia ¡que difícil es ser pequeño!. Y puesto que si no se es pequeño no se puede entrar en el Cielo, entonces tantos eminentísimos que han hecho a tantos otros esperar a la puerta de sus despachos, deberán también ellos hacer antesala en el Purgatorio (risas). No es porque yo lo diga ¿entendéis?.

Comprended, hermanos Sacerdotes, el secreto de María, que revela hoy a los más pequeños, a los más pobres, aun entre los Sacerdotes. ¡Oh!, te doy gracias, Padre, porque los misterios y secretos de tu Reino, y entre ellos, aquel que Tu guardas de un modo más celoso: el secreto de María, lo escondes a los supersabios y a los superintelectuales, e incluso a teólogos de fama, si no se ponen a la altura de aquellos teólogos, tan grandes y tan santos, como S. Buenaventura o un Santo Tomás, que hacia Teología con la cabeza reclinada en la puertecita del Sagrario, que los convertía en pequeños niños a la escucha.

El secreto de María es el misterio del Corazón, tratar de comprender el misterio de su Corazón Inmaculado.

Y ahora, Madre, te pido en esta breve meditación, si Tu quieres verdaderamente que perviva nuestra Consagración, que introduzcas nuestros corazones dentro de Tu Corazón. ¡Haz que entremos! ¡haznos entrar!. Haz que hoy penetremos en profundidad el misterio de tu Corazón. Porque de otro modo no se te puede comprender, no se te puede ver, no se te puede escuchar, porque Tú, siendo Madre, eres el misterio del corazón, y nosotros para ser concretamente más fuertes en esta maternidad, es decir, para vivir plenamente nuestra Consagración, debemos entrar en el misterio de Tu Corazón.

Hermanos Sacerdotes, si entráis veréis que es un misterio luminoso, todo 1uz; todas sus prerrogativas convergen en El, en este Corazón, como formando un “hortus conclusu” “fons signatus”, en el que se derrama de manera maravillosa toda la luz de la Trinidad. Porque María está en el Corazón de la Trinidad.

Cuando la Virgen se apareció en Trefontane he leído una frase que me ha complacido mucho: “Estoy en lo intimo de la Trinidad” .¿Que quiere decir esto?. Ella, que ha sido llamada a ser por su misterio materno, misterio del Corazón, comienza a ser delineada en lo intimo, esto es, en el Corazón de la Trinidad.

¡María está en el Corazón del Padre!

¡María está en el Corazón del Hijo!

¡María está en el Corazón del Espiritu Santo!

María está en el Corazón del Padre

Esta Persona divina, principio del ser “ad intra”, en cuanto se convierte en principio eterno generante por generación intelectual del Verbo, se convierte también en principio de la Creación “ad extra”. Y nosotros sabemos que siendo Dios perfección del ser, y coincidiendo la perfección del ser con la perfección del bien, he aquí que crea para que participe el ser de la perfección del bien. Por tanto el Padre crea por amor. Toda la Creación refleja el amor del Padre. En cuanto refleja el amor del Padre, lo glorifica. Por lo que toda la Creación “ad extra” (fuera de Dios), se convierte en el corazón que pulsa el amor del Padre.

El corazón donde el Padre derrama su potencia de amor, es el amor por el que se Le glorifica.

Esta universal Creación tiene un solo fin: ser como un único corazón, que hace palpitar el amor del Padre retornándoselo1

Y en esta relación  entre la Creación y su Creador está la perfecta glorificación del Padre.

Pero ahora, si vosotros pensáis que de toda la Creación manchada, arruinada por el pecado, en vista de su divina Maternidad que hace de Ella el misterio del corazón, solamente María tiene la capacidad de reflejar de manera íntegra y luminosa, perfecta, el designio que el Padre tuvo en el primer instante de la Creación; por lo que esta Creación es amada de Dios y ama a Dios, se convierte en el corazón de Dios; María es como el Corazón de esta Creación porque el amor lo da de manera perfecta.

Comprended ,hermanos Sacerdotes, por que su designio es glorificar al Padre de manera perfecta. Por lo que el Padre, que ama a todos, y no puede ser de otra manera porque es el Creador de toda la Creación, cuando ve este Corazón que siempre, desde siempre y para siempre es llamado a amarlo y glorificarlo, se inclina sobre él con particular predilección.

Y ¿que quiere decir predilección?. Con mayor amor que a los otros.

El Concilio dice: Hija predilecta, amada más que los otros, Hija que atrae el amor del Padre, Hija que entra en el amor del Padre, ¡María! misterio del Corazón en el Corazón del Padre.

Pero de esto nace esta consecuencia.

Hermanos, sabéis que los designios que se verifican en el tiempo son “ab aeterno” en Dios. Así nosotros éramos “ab aeterno” en Dios, en su mente. Así “ab aeterno” era el hecho de la Redención y de la Encarnación. Y así “ab aeterno”  era el designio de María, el designio de su divina Maternidad.

Y entonces es por esta razón por lo que María entra en lo intimo del Verbo, que es imagen perfecta del Padre. Quien siendo destinado “ab aeterno” a encarnarse por María, hermanos Sacerdotes, el Verbo “ab aeterno”  está orientado a buscar el Corazón de María.

He aquí por que hay una mutua simpatía, un mutuo buscarse entre María y el Verbo, entre el Verbo y María. Y el motivo es su Maternidad.

Y esto lo subrayaba de modo admirable Jesús cuando de frente a aquella sencilla mujer que exclamaba: ¡que madre tan afortunada la de Jesús!, Jesús le ha respondido: Bienaventurado el seno que…¡no, no! bienaventurados los que acogen la palabra de Dios y la guardan, estos son para mi, Madre…como si dijese que el origen de la verdadera maternidad ha sido este: María ha sido orientada siempre a buscarme, a recibirme, a guardarme , a vivirme, a ¡vivirme!.

Por lo que veis cómo naturalmente antes de la Encarnación existe esta mutua atracción: el Verbo orientado a buscar el Corazón de la Madre antes de la Creación.

Aquella hermosísima paráfrasis del libro de la Sabiduría, que la Iglesia también atribuye a María: “Ab aeterno ordinata sum…Yo jugaba Contigo formando las estructuras del Universo, y me divertía Contigo componiendo todo el Mundo”.

Bien, ved como “ab aeterno” el Verbo busca a María y Ella está orientada hacia El, a abrirse, a ¡abrirme hacia El de manera ma-ter-na!

Primero la mente acogiendo la Palabra, como dice la Sabiduría, y luego acogiéndola en su Corazón, porque Ella como Madre es el misterio del Corazón, por el que Ella recibe, la primera, la Sabiduría del Corazón.

Y luego, hermanos Sacerdotes, después de la Encarnación, a través de aquel fenómeno admirable que une el Corazón de Jesús al Corazón de María.

Recuerdo, a este propósito, a nuestros hermanos yugoeslavos, en la meditación que tuvimos en un Cenáculo de tres días en la festividad del Sagrado Corazón de Jesús; toda la jornada escuché emocionado cómo están mutuamente relacionados el Corazón de Jesús y el Corazón de María; cómo estos dos Corazones laten en perfecta armonía desde el inicio de la Encarnación, durante la vida, después de la Resurrección y ahora en el Paraíso, donde palpitan de amor estos dos Corazones…¡en perfecta armonía!

Por lo que, verdaderamente, podemos decir, como consecuencia del hecho de su Maternidad, que María está en el Corazón del Hijo como el corazón de todo hijo late en el corazón de la madre.

María, hermanos Sacerdotes, en el Corazón del Espíritu Santo, esposa.

Y ¿que quiere decir  esposa, si no una unión personal entre el Espíritu Santo y Su alma que sucede de manera profunda, personal, unitiva, perfecta, que nosotros para expresarla recurrimos a la unión esponsal?.

Pero que es el Espíritu Santo sino el ¡Amor!. El Amor que une al Padre y al Hijo. Y ¿dónde se comunica el amor si no en el Corazón?. Y entonces en este Corazón Inmaculado donde se verifica este divino esponsalicio por el que unida íntimamente al Espíritu Santo, María está como inserta en esta relación de Amor que une al Padre con el Hijo; está llamada a vivir en este Corazón, en este horno de Amor que es el Espíritu Santo. Y ahora comprendéis cómo María está en el Corazón de la Trinidad.

Y mirad cómo se delinea solamente en este Corazón la función de María. Y así Podréis comprender hoy el secreto de María que es el secreto del Corazón. Y comprender cómo la revelación de este secreto será sobre todo el triunfo de su Corazón Inmaculado ¡Solamente así se puede comprender! ¡Solamente así!

Hermanos Sacerdotes, la función de María, si la hemos visto que está en el Corazón de la Trinidad, es glorificar a la Santísima Trinidad de modo perfecto.

El Padre crea y se glorifica en la Creación.

El Hijo crea y se glorifica en la Redención.

Y el Espíritu Santo crea y se glorifica en la santificación, en los corazones y en las almas.

He aquí la realidad en la que la Trinidad se glorifica: La Creación, la Redención, el organismo histórico que hace posible a todos los hombres la Redención: la Iglesia el Espíritu Santo, Señor y dador de vida en las almas.

He aquí por qué el Corazón Inmaculado de María se convierte en el centro de la Creación, el Corazón como Madre de la Iglesia, el Corazón de todas las almas. Su función es llevar a todas las almas a la perfecta glorificación de la Trinidad, o que la Trinidad sea glorificada en todas sus obras pasando a través de su obra materna.

La Iglesia, dice el Concilio, se convierte en tipo, por esto debe pasar a través de su Corazón para llegar a la perfecta glorificación de la Trinidad.

Debéis ser conscientes de otra realidad: cómo en la lucha entre Dios y Satanás, Ella ocupa una posición del todo particular. Es llamada a ser siempre la Capitana, la Capitana. Y ¿por qué? ¿por qué?

Hermanos Sacerdotes, según la interpretación de algunos teólogos que tratan de explicarse cómo los espíritus, que son inteligentísimos y superiores a los hombres, esencialmente superiores, la diferencia entre un espíritu y nosotros es como la que casi podríamos decir entre un animal y nosotros, muy superior. ¿Cómo es posible que en un determinado momento se hayan rebelado contra Dios?. ¿Cómo es posible?.

Los teólogos dicen esto: porque han rehusado reconocer a Cristo en su naturaleza humana y    adorarlo incluso como Hombre; porque nosotros lo adoramos en su Santa Humanidad. La Humanidad de Cristo unida a la Palabra Divina se convierte en termino de verdadera adoración.

Y dicen ¿por qué han rechazado esto?

Porque han rechazado adorarlo a través de la vía del corazón, porque la relación materna que convertía a María en Madre, la hacia inmensamente superior a los Espíritus, justamente porque la hacia Madre de Cristo. Y como ya el Verbo después de la Encarnación, está inserto en la relación Trinitaria, así por la Encarnación, a causa de su divina Maternidad se convertía en verdadera Reina, superior no sólo a todos los hombres, sino también a todos los Espíritus Celestes, por lo que hoy María es venerada por la Iglesia como Reina de los Angeles.

Y ahora en este punto comprendéis que la Trinidad combate contra este Espíritu que se rebela por rehusar aceptar la vía del Corazón que pasa a través de la Maternidad. Y se convierte por esto en la Capitana de esta batalla. Y entonces comprendéis inmediatamente la función de la Santísima Virgen desde el principio de la Creación, después del pecado original, según la narración del Génesis: “Pondré enemistades entre ti y la Mujer”

Pero echáis de ver claramente que nunca, nunca está la mujer sola. Siempre la Mujer unida al Hijo, para decirnos que es la Maternidad de María la que la ha puesto en tan alta posición.

Y así cuando leéis, por ejemplo, el capitulo de la Mujer vestida del Sol, (Cap. XII), veis que siempre se relaciona a la Mujer con el Hijo.

Hermanos Sacerdotes: “Pondré enemistades entre ti y su descendencia”. La descendencia es Cristo, es el único y verdadero vencedor; con su Redención lleva a cabo la victoria. Ella es redimida de modo singular y eminente, dice el Concilio, aplicándola la primera los méritos de la Redención, eximiéndola del pecado y convirtiéndola en la colaboradora más perfecta de la Redención .

Comprendéis entonces cómo María en Cristo se convierte con Cristo en la vencedora y cómo Cristo y la Trinidad en la lucha contra el Adversario quieren servirse especialmente de Ella.

Ya en otra ocasión os dije que el demonio es soberbio, no ataca directamente a Dios, porque ya lo ha probado una vez y no le han quedado ganas de hacerlo una segunda. En un abrir y cerrar de ojos fué fulgurado del Cielo al infierno.

Ataca a Dios en las obras que lo glorifican. Siempre ha atacado al Padre en la Creación y siempre ha atacado al Hijo en la Redención, en la Iglesia, y siempre ha atacado al Espíritu Santo en las almas. Aquí, aquí está el campo de su lucha.

A Dios no lo combate nunca directamente, le combate a través de una criatura, la cual exenta del pecado, se convierte en el tipo de la criatura vencedora contra Satanás. Pero ¡una criatura!, por lo que el espíritu será vencido por Cristo, mas no directamente sino por medio de María: “una mujer te aplastará la cabeza”, y así el espíritu además de vencido quedará humillado e incluso huirá rabo entre piernas. Será el caso de decir: no te ensoberbezcas, demonio, de haber hecho a todos de las tuyas, porque al fin harás verdaderamente la figura de un pobre diablo.

Hermanos Sacerdotes, me permitís continuar cinco minutos más ¿verdad?

Comprendéis la función que María tiene en esta lucha, en estos años.

En estos tiempos estamos viviendo la lucha descrita en el Cap. XII del Apocalipsis. Hace algún tiempo iba yo de aquí para allá y decía que estamos viviendo ese capítulo. El mensaje de Fátima no es otra cosa que el desarrollo de ese capitulo.

Y vosotros me podéis argüir: D. Esteban ¿quien se lo ha dicho a Vd.?. ¿Es que lo ha soñado Vd. esta noche?.

Escuchadme; yo podía replicar que así como vosotros estáis diciendo siempre que debemos estar atentos a los signos de los tiempos en que vivimos, tratemos entonces de situarnos en el tiempo en que vivimos y procuremos entonces descubrir en nuestra época las características de esta lucha ¿no?. Pero esto nos lo ha dicho el Papa.

El Papa en su visita a Alemania, hablando en Fulda, ha dicho: Estamos viviendo la lucha entre la Mujer vestida del Sol y el Dragón rojo.

Hermanos Sacerdotes, no os hago el comentario de ese capitulo, porque ya lo he hecho. Yo sólo os puedo decir esto: que Satanás domina el mundo, ordenándolo todo a la rebeldía contra Dios, en forma tal que el Papa decía, en su visita a Turín: nunca la humanidad ha conocido una rebelión tan atroz contra Dios en toda su historia, desde el principio de su historia.

Se ha construido una civilización atea, secularizada. Y esto, si bien se piensa, es ya un gran castigo para la humanidad. Todo el resto, probablemente todo lo que anunció Fátima, es consecuencia de esta negación de Dios.

Satanás se ha desencadenado, es el tiempo de su triunfo, lo dice el Apocalipsis, sabe que su tiempo es breve. Se ha desencadenado contra la Iglesia a través del secularismo. El espíritu de este secularismo ha penetrado en la Iglesia que la ha amenazado, es el humo de Satanás del cual hablaba Pablo VI.

Esta crisis que estamos viendo, y que bajo el aspecto intelectual, se convierte en la interpretación racionalista del misterio, es decir, en la negación del misterio.

Son los errores que se difunden en el campo teológico, enseñados por todas partes. Escuchad a los seminaristas que os dicen sobre las verdades de Fe que les enseñan.

Vengo de Yugoeslavia y un teólogo me dice: He participado en una ciudad en un congreso de teólogos yugoeslavos y cinco de los principales dicen que no atacan a la Virgen, pero no se puede demostrar por el Evangelio que Jesús es Dios.

Bajo el plano de la Eucaristía, que pueden enseñar tales teólogos, porque son ellos los que dicen que en la Eucaristía no existe la transustanciación, así lo enseñan en el Seminario de Crémona, sino la transignificación: el pan significa el cuerpo de Cristo, por lo que según la fe creéis en aquel momento: “significa”, pero no es el Cuerpo de Cristo; lo que es la negación de la presencia real, concepción netamente protestante.

Se difunden cada más estos errores. Han creado una nueva mentalidad.

Contra estos errores tenemos todos miedo de proclamar la verdadera Fe, que debe anclarse en la profesión de Fe de Pablo VI.

Los Sacerdotes del Movimiento Sacerdotal Mariano deben tener este valor. Es la hora de la valentía. Debemos volver a predicar el Evangelio.

Leed en el Opúsculo: Os he formado en que el Evangelio debe ser vivido a la letra, anunciado a la letra, sin miedo a nadie.

Hermanos Sacerdotes, esto a nivel de vida se convierte en naturalismo. Es así. Los ejemplos se multiplican en todo el mundo. En los Estados Unidos 10.000 Sacerdotes y 50.000 religiosas han desertado del estado religioso.

Y luego los que viven según el mundo. Os he contado el episodio, pero lo repito, por si alguno no estaba presente.

Fui a celebrar un Cenáculo en un Monasterio de M M. Dominicas. De 308 novicias profesas no ha quedado ni una. ¡Vaya, vaya!, pero ¿por que?. Lo he entendido perfectamente Han consentido que entrara el espíritu del mundo a todo gas.

Me veo luego a unas señoras ancianas vestidas seglarmente, con los labios pintados hecha la permanente, e incluso algunas minifalderas, y pregunto: ¿son acaso pensionistas o recogidas?. No, Padre, son el resto de las Religiosas que han quedado.(Risas).

Padre, díganos una palabrita.

Os la diré, hermanitas, con amor, no os ofendáis. Estáis feas, feas. Dos veces feas. Feas para Jesús, que volverá la cabeza, pues ya no os reconoce como esposas, y feas para el mundo, porque sois ya demasiado viejas para él. (Risas).

Hermanos Sacerdotes, en mi visita a América íbamos de camino cierto Sacerdote y yo y me hablaba de la Teología de la liberación. ¿Liberación? ¿De que?

De la pobreza. Jesús ha venido para resolver el problema de la pobreza. Ha nacido pobre y ha vivido pobre. Ha propuesto la pobreza como un valor: bienaventurados los pobres…y debemos luchar por esto.

Pero el problema que debe resolverse sin vosotros, no está en vuestras manos resolverlo. No habéis sido llamados a ser Sacerdotes para resolver ese problema.

¿Es el de la justicia?. Porque de vez en cuando se ve a algún que otro Sacerdote empuñando la metralleta para abatir a los que se oponen a la revolución por la justicia. Pero ¿no es esto claramente anti-Evangelio?. Jesús se ha hecho clavar en la Cruz víctima de la injusticia. El problema es el de la salvación.

¡Tu Sacerdote, tú Sacerdote, tu Sacerdote! (Hay que oír el énfasis que pone D. Gobbi en estas palabras) estás creado para salvar. O lo logras tu, o nadie en el mundo lo puede hacer, porque tu eres Ministro de Cristo, Ministro del Evangelio, Ministro de la Gracia, Ministro de la Eucaristía, Ministro de la Salvación.

Y comprended que cuando nosotros, dejándonos seducir por el espíritu del mundo, nos conformamos a su mentalidad y a su modo de vivir, y dejamos el modelo religioso, dando de lado al hábito, nos hacemos ridículos de frente a Dios y de frente a las personas.

La consecuencia está en el Evangelio: si la sal se vuelve insípida, no sirve para nada sino para arrojarla afuera y que sea pisoteada por todos.

Y ahora me pregunto cómo hoy se humilla al Espíritu Santo en las almas.

El año pasado el Responsable de Holanda decía: en Holanda nadie se confiesa ya, y todos van a comulgar. Es una plaga que se extiende por todas partes.

En Dahomey (Togo)me decía un Padre alemán encargado de la Cáritas: todos los años escribo a un párroco de Alemania. Este año me decía: el año pasado hubo tantas confesiones por Pascua. Este año solamente tres y todos han comulgado. Mentalidad protestante. Solamente admiten la Comunión.

En cierto momento Jesús me hizo ver a la Iglesia, no como la ven hoy ciertos teólogos o ciertos eclesiásticos para los que siempre va todo viento en popa.

Estaba toda llagada y cubierta de sangre. Pero, Jesús, es tu ¡esposa! ¿Por que está así? ¿Por que?. Por el difundirse de las comuniones sacrílegas.

Hermanos Sacerdotes, me he preguntado por que Satanás ha logrado llegar hasta aquí.

Leed el Apocalipsis y encontrareis la respuesta.

Y aquí llega la conclusión.

Para poder dominar en todas partes: en el mundo, en la Iglesia y en las almas, lo primero que ha tenido que hacer es remover el obstáculo. Y ¿cuál era ese obstáculo? ¡María! ¡María! La Mujer vestida del Sol.

Y ahora decidme ¿cómo se las ha arreglado?

Helo aquí: quiere hacerla desaparecer, mandarla a paseo. Suscita contra Ella ¿qué dice la Escritura? un río de agua.

Y ¿que hacen las aguas desbordadas sino sumergirlo todo, desenraizarlo todo?

Es así, es así lo que  La obliga a retirarse. Y cuando se la ha retirado, entonces, ¡ancha es Castilla!.

Y ¿que otra cosa son estas aguas desbordadas, este río de agua sino las nuevas teorías que en estos últimos años se han difundido sobre Ella, en la tentativa, tenntativa, perdonadme, profundamente estúpida , de quererla “redimensionar”

Dicen que una vez fueron al Padre Pío, era ya la época del Post Concilio, y van y le dicen: Padre Pío, ¿sabe que algunos quieren redimensionar a la Virgen?

Y el Padre Pío responde con aquella fuerza que le caracterizaba: díganles que vengan aquí que yo les  voy a redimensionar con un apatada en las posaderas. (Risas).

Perdonadme, dicen que lo dijo así el Padre Pío;  debéis darle a él la queja. Pienso que también los santos deben perder la paciencia cuando se debe perder.

Querer  “redimensionar” a la Virgen, ¿que quiere decir esto?

Hermanos Sacerdotes, hacerla descender del puesto en que la Trinidad la ha colocado. Ahora comprendo, Madre, a Fátima. Comprendo cuando en 1925 te apareciste en Pontevedra pidiendo a Lucía los primeros sábados de mes: para reparar las ofensas contra mi Inmaculada Concepción; contra mi perpetua Virginidad; contra mi divina y universal Maternidad; por los que me alejan del corazón de mis hijos y por los ultrajes contra mis imágenes.

¡He ahí el río de las aguas pútridas!

Estas son las nuevas teorías que se difunden contra Ella, y que fácilmente, Madre, a todos envuelven menos a Ti.

Se niega tu perfecta Virginidad e incluso tu Inmaculada Concepción.

Un último episodio. Hace una semana me sentaba a la mesa con el Arzobispo de Spalato(Yugoeslavia). Y me dice: todo comenzó durante el Concilio. Vi el original del escrito del gran teólogo francés Congar cuando presentándolo a la Comisión teológica del Concilio decía que aun la Virgen debía haber cometido pecados veniales, pues de otro modo no seria una mujer como las demás.

Esto fué escrito por Congar. El Obispo me lo ha dicho y tiene la copia de esta propuesta del teólogo galo delante del Concilio.

Díganme Vds. cómo se pone esto de acuerdo con su Inmaculada Concepción y con su plenitud de Gracia.

Ved la tentativa, ved el agua, el río que se forma y que después del Concilio se ha convertido en una riada.

Y así sobre su Virginidad.

El culto de las imágenes. Excusadme, cuando estuve en Londres, en la Iglesia dedicada a la Inmaculada, pero ¿dónde está la Inmaculada?. Después del Concilio la hemos retirado de la Iglesia y la hemos colocado en aquel corredor. Delante había un reclinatorio con la oración de S. Ignacio “memorare” (alguno, la atribuyen a S. Bernardo). Para rezarla debemos ir al corredor, no a la Iglesia.

¡Por Baco! habrá que ir al Paraíso para que S. Ignacio baje con una estaca a poner en razón la cabeza de aquellos jesuitas que se han vuelto locos. Disculpadme, que no todos son así. De aquellos ¡locos!.

Acontece en ciertas Iglesias que en un determinado lugar está el Crucifijo. Y la Virgen ¿dónde está?. Está al fondo de la Iglesia, pero en un lugar que tiene que ser como adivinado.

Ella que es modelo de oración y a la que se debe orar, ¡ruega por nosotros! está puesta en un lugar en la que los fieles no la ven, y la rezan ¡dándole la espalda! estupenda manera de orar a la Virgen, ¿no?. ¡Injurias contra las imágenes!

Y así, hermanos Sacerdotes, ha sido alejada Ella, misterio del Corazón,  del Corazón de sus hijos.

Y entonces dice: Me refugio en un lugar desierto que sois vosotros mis Sacerdotes, pero mientras tanto….(frase ininteligible).

Y entonces, hermanos Sacerdotes, he aquí desvelado su secreto: su victoria no puede ser otra que la victoria de su Corazón Inmaculado, la cual no se podrá obtener  mientras no sea de nuevo colocada allí donde la Trinidad la ha visto: en el Corazón de la Trinidad. Y será colocada como Madre de la Iglesia, Madre del Corazón de la Humanidad, Madre del corazón de todos sus hijos.

Entonces acontecerá el triunfo de su Corazón que llevará a toda la Humanidad a la más grande glorificación de Dios. A toda la Iglesia, a su más grande triunfo, a su más grande esplendor. A todas las almas, a la más grande santidad.

Porque es Montfort el que dice, cuando habla de aquellos “últimos tiempos”, que las almas respirarán a María, como el cuerpo respira el aire. La Iglesia conocerá una santidad como jamás la ha conocido ni la conocerá jamás. Porque será el Espíritu Santo, el que, viéndose reproducido en sus hijos, se comunicará a ellos, y les llevará a esta gran santidad.

Entonces, éste será el triunfo de su Corazón Inmaculado y desvelado su secreto: María tiene una función única e insustituible

He aquí por que es la Capitana para vencer en la batalla contra Satanás.

II   PARTE – MEDITACION DE LA TARDE

Así pues, hermanos Sacerdotes, el secreto de María es el secreto de su Corazón.

Comprender el secreto de María es entrar en su Corazón, porque María por definición, siendo la Madre, es el misterio del Corazón.

Comprendéis entonces, por que esta mañana, cuando he pedido con toda mi alma a la Virgen, enséñanos un camino sencillo, muy sencillo, que se pueda decir con tus palabras cómo vivir la Consagración. Porque, hermanos, es aquí en este punto donde el demonio nos acecha. A nosotros, Sacerdotes del Movimiento, no nos puede insidiar de otro modo, porque somos pobres, y Ella nos defiende.

Pero el punto en que nos insidia, siendo un ejército a las órdenes de la Capitana, es la táctica del desgaste para hacer ineficaz este ejército.

Tened en cuenta que el demonio es astuto. Conoce bien nuestros puntos débiles. No logra conocer, ciertamente, el secreto intimo de nuestra alma y ni siquiera de nuestra inteligencia. Pero es astuto y, como digo, conoce nuestros puntos débiles y nos ataca.

A este Sacerdote le ataca con dudas, a aquél con la soberbia, a otros con las tentaciones de la carne, de muchas formas, tal como os lo dije en las Circulares. Especialmente nos ataca con las tentaciones de impureza y de desconfianza para llevarnos al desaliento, y que nos detengamos.

Gracias a Dios, la Virgen Santísima nos despierta si nos dormimos, no nos deja que nos paremos.

Hay además las oraciones y los sufrimientos de muchísimas almas, victimas escondidas en todas las partes del mundo, que sostienen este ejército.

Cuando estuve en Spálato y no sabia cómo pasar el día del Corazón Inmaculado de María, me fui al Convento de las Clarisas, donde conocía a algunas monjas, y allí tuve una sorpresa. Algunas me dijeron: D. Esteban, nos hemos ofrecido como víctimas al Señor, para difusión del M.S.M. en toda    Croacia, y sentía interiormente que la Virgen me decía que están unidos los Monasterios de los Cinco Continentes donde se inmolan y ruegan por esta Obra. La Virgen nos despierta.

Pero todo se resume en esta sencilla frase que Ella me ha dicho; nuestros corazones dentro de su Corazón materno. Escribidla para que se os grabe bien: Nuestros corazones dentro de su Corazón materno.

Comprenderéis entonces que para vivir la Consagración debemos entrar en esta unión de corazón. No es posible vivirla sin entrar en esta unión entre nosotros y el Corazón de María.

En definitiva, el espíritu que este libro propone, y este es su valor, yo no logro entender por qué ahora el diablo se ha desatado contra el Opúsculo. ¡Se ve que le causa fastidio!. Creo que en determinado momento le romperá los cuernos. Y se los ¡romperá!

Pero prosigo diciendoos: a todos se les ha indicado el espíritu  en el Opúsculo, pero si lo leéis en profundidad veréis que el fin es este: llevarnos a una sintonía de corazón, a una unión de corazón entre nosotros y María. Porque esta unión tiene la capacidad de cambiar, cada vez más, nuestra vida hasta transformarla en María.

Y esta es la consecuencia a la que conduce el acto de la Consagración.

Por lo que si lo tomáis en serio…porque yo os hablo ,pero vosotros debéis reflexionar en vuestro corazón para asimilar las palabras. ¡Tratad de reflexionar!. Esta frase vivida tiene la capacidad de transformar toda la vida de un Sacerdote, de caracterizar esta vida como la de un Sacerdote consagrado a María. Que la da como un tono diverso, como una coloración especial por lo que no somos Sacerdotes como los demás.

Tenemos la ordenación sacerdotal como todos los demás. Tenemos los deberes que tienen todos los demás, y ninguno…nada nos distingue de los demás Sacerdotes. Y, desde luego, la Virgen se ha preocupado tanto de este Su Movimiento, de no crear ningún criterio de distinción, que no ha querido crear ningún lazo de unión en el plano jurídico, no ha querido que vistiésemos un hábito particular, no ha querido un distintivo especifico… ¡nada!  ¡nada!.

Y esto ¿por que?. Para hacernos comprender que existe la diferencia, pero es una diferencia interior que nace de la vida, que esta diferencia nace justamente de vivir la experiencia de la Consagración, que nos lleva a esta unión de corazones con María.

Entonces está claro: el Sacerdote es Sacerdote de oración, siempre Sacerdote en cualquier ejercicio. Pero la oración de un Sacerdote consagrado a María (de esto nos hablará mañana nuestro querido D. Ivas) es una oración que pasa siempre a través de la Madre.

El Apostolado(del cual nos hablará el miércoles el P. Messina si viene o el P. Cuomo) es esencialmente igual al de los demás Sacerdotes, pero el Apostolado de un Sacerdote consagrado a María es un Apostolado que pasa a través de la experiencia de esta unión de corazones, que pasa a través del Corazón de la Madre.

Y del mismo modo en el sufrimiento; un Sacerdote está llamado a revivir en su vida el misterio de la Pasión y de la Cruz de Cristo, que después renueva místicamente en el Santo Sacrificio de la Misa. Pero es un sufrimiento que pasa a través del Corazón de la Madre. Y así, en todas las demás virtudes sacerdotales. Su vida interior, todo su sacerdocio viene coloreado por esta cualidad particular: es un Sacerdote consagrado a María, y que viviendo su consagración entra en esta unión de corazones.(En este punto delinea D. Gobbi los temas que se van a desarrollar a lo largo del Cenáculo con los nombres de los Sacerdotes que los van a exponer).Dice son temas como la oración, el apostolado, la infancia espiritual…temas de vida espiritual sacerdotal, pero tratados bajo esta cualidad fundamental: Sacerdotes llamados a unir, como dice el Papa, su sacerdocio a María a través de la Consagración a su Corazón Inmaculado.

Pero, hermanos Sacerdotes, podemos preguntarnos: ¿por qué la Consagración exige una unión de corazón con María? ¿Por qué, Madre, quieres esto?

Y la respuesta es sencilla. Si hemos dicho que María como  Madre es el misterio del Corazón, me pregunto: ¿es posible entrar en una unión de vida con Aquella que por definición es el “misterio” del Corazón, sin entrar en una unión de corazones?. Respondedme. No es posible. Y entonces está claro que la esencia de esta vida de Consagración, que nos lleva a unir nuestra vida a la suya, a confiarnos completamente a la Virgen, ahora está en boga la palabra “affidamento” (entregarse), pero no estamos aquí, hermanos, para hacer disquisiciones sobre palabras, porque todos sabemos que la palabra es relativa, ¿no?. Toda palabra es siempre la expresión vocal, material de un pensamiento. Y el pensamiento es una palabra intelectual. Y como el espíritu supera siempre a la materia que lo contiene, asi el pensamiento es siempre superior a la palabra que lo expresa. ¿Es verdad o no es verdad?.

Haced una experiencia. Tantas veces os habéis puesto a hacer un hermoso sermón, y qué hermosos pensamientos tenéis en la mente; y cuando los habéis condensado en palabras decis: ¡Oh, qué miseria!, todos aquellos hermosos pensamientos han terminado en estas pobres palabras. Es la experiencia de todo lenguaje. La limitación de todo lenguaje.

Y bien, hay quien dice que el término “consagración” “per se” se debe tan sólo a Dios. Entonces el hecho de la verdadera consagración…¡estamos de acuerdo!. Pero, repito, no estamos aquí para edificar sobre palabras, porque si por el acto de consagración entendéis el acto por el que os entregáis enteramente a la Virgen, y vosotros a la palabra consagración dais este significado, es válida la palabra “affidamento” (entrega; affidare = entregar algo en custodia a alguien). Los teólogos prefieren hoy esa palabra, y a vosotros os place, pues usadla tranquilamente.

La Virgen pidió la consagración y yo prefiero esta palabra porque sé que agrada más a la Virgen y pienso agrada también a los teólogos. La Virgen en Fátima pidió la Consagración, no usó la palabra “affidamento”.

Pero la sustancia ea ésta: tomar nuestra vida y entregarla a María. Y así como María por naturaleza es la Madre, misterio del Corazón, nosotros debemos centrar todo en esta unión de corazones.

Entrar en esta unión de corazones que v esotros vivís profundamente, y que os hace  participes del gran misterio del amor y dolor materno de María.

Después estáis insertos en este gran misterio. Pero ¿por qué?.

Hermanos, somos como niños pequeños que recostamos nuestro corazón en el suyo y comenzamos a sentir los latidos de este Corazón de Madre. Pero ¿cómo late?

Late como el corazón de una madre. En el corazón de la madre vosotros escucháis latir el corazón de los hijos. Esto es verdadero en el plano humano. Decidme, cuando os acercáis a una madre ¿de qué os habla en primer lugar? ¡De sus hijos!.

Y si hay un hijo que la preocupa ¡habla de él!

A través de la madre llegáis a conocer, a individuar a los hijos, porque estos hijos reviven en el corazón de la madre.

Pero María es no sólo una madre, sino ¡la Madre!. Y siendo la Madre de Cristo ha sido dada por El como Madre a toda la Humanidad, a toda la Iglesia, a todos los hombres.

Hermanos Sacerdotes, ¡aquí está la clave!

Cuando vosotros oís latir su Corazón, sentís latir dentro de El, el corazón de todos sus hijos. Sentís, por tanto, latir dentro de El, el corazón de la Humanidad, el de la Iglesia hoy, el de vuestra Patria, el de todos los hombres.

Y entonces os sucederá a vosotros lo que le sucedió a su primer hijo predilecto, a quien ama con particular ternura. En estas primeras vísperas de S. Pedro (D. Gobbi se vuelve a la Virgen de Fátima que preside el Cenáculo) ¡Gracias, Virgencita! porque hoy finalmente sobre la sede de S. Pedro nos has dado tu Papa, que para toda la Iglesia es tu gloria, el Papa Juan Pablo II totus tuus, ¡totus tuus!; que es una obra maestra de tu Amor, y que tiene un grandísimo designio en estos tiempos.

Está subiendo el Calvario, llevando una Cruz con toda verdad demasiado pesada, y nosotros queremos estar siempre a su lado.

Entonces. ¡escuchemos su voz!.

Me viene a la mente el episodio que sucedió en el Véneto. Me parece me lo contó D. Adriano, no sé. Dicen que un joven párroco había viajado toda la noche  en el avión y luego en el tren, hablando sobre la devoción del Papa a María. Y salta enardecido un joven Sacerdote: ¡Por Jasna Gora, hip, hip, hurra!. Y se vuelve el Papa y dice: ¡Oh!, querida Madre, debes amar a estos tus hijos Sacerdotes, porque nunca como ahora abundan tus hijos “tifosi”, tal vez buenos, pero también un poco desequilibrados, Madrecita, un poco desequilibrados. (Risas).

Y entonces, hermanos, cuando el Papa fué a Chestokowa, en aquel celebre discurso, decía:

¡Cuántas veces he venido aquí, Madre, delante de tu imagen para sentir latir en tu corazón de Madre, el corazón de mi Patria, el corazón de mi Polonia, el corazón de la Iglesia, el corazón de toda la Humanidad!.

Y todos debemos sentir esto, si entramos en unión de corazón con María, que es el misterio del corazón; Ella, que acoge en su Corazón el misterio del amor y del dolor materno porque es verdaderamente Madre de la Iglesia, es verdaderamente Madre de la Patria, es verdaderamente Madre de la Humanidad, y es verdaderamente Madre de todos los hombres.

He aquí delineado el gran designio que María tiene en estos tiempos.

Hermanos Sacerdotes, podemos parangonar la Humanidad de hoy con el hijo pródigo. El Padre lo ama, lo espera todas las mañanas, pero el hijo pródigo no se presenta. ¿Cuándo comienza la salvación para el hijo pródigo?. No cuando se lo pasa con las prostitutas y libertinos en medio de toda clase de placeres y diversiones, no, no, no… Sino cuando el hijo se ve reducido a pasar hambre y disputa a los cerdos su bazofia y entrando en si mismo confiesa: pero ¡con mi padre se estaba mejor! He ahí el retorno del hijo al Padre. Desde ese momento comienza la salvación del hijo pródigo. Desde ese momento. El Padre que todos los días le está esperando, apenas lo ve corre a su encuentro y se lanza al cuello del Padre que misericordiosamente le espera, que misericordiosamente lo ama, que misericordiosamente lo salva. Y el Padre hace aquella gran fiesta, que suscita la envidia y los celos del hijo mayor ¿no?.

La Humanidad de hoy, lo hemos visto esta manana, es una Humanidad que ha construido una civilización ordenada toda ella a la rebeldía contra Dios. El ateísmo se ha convertido en una especie de teología de moda. A los jóvenes se les forma en esta mentalidad.

Hablaba con un Sacerdote franciscano que estudia en Roma, me parece Filosofía, en la Universidad del Estado y me decía: Enseñan abiertamente el ateísmo. Todos los profesores son marxistas, y enseñan a los jóvenes la “teología” de moda: el ateísmo, la negación de Dios, la rebelión contra Dios. La apostasía de Dios es la característica de esta civilización. En el puesto de Dios se ha colocado al hombre. El hombre puede hacer lo que le da la gana. Los valores que privan hoy son absolutamente los valores seculares.

Y estamos viendo cómo la Humanidad ha llegado a ser mucho peor que en los tiempos del diluvio. Porque tened en cuenta que después del diluvio ha tenido lugar la Redención, este gran hecho. Hemos sido liberados mediante la Redención, llevada a cabo por Jesús en el Calvario.

Y después de este inaudito hecho el Papa dice: hoy la Humanidad construye una civilización que toda está ordenada contra Dios, hasta el punto que jamás se ha conocido una cosa igual desde el inicio de su historia, ¿comprendéis?. Debéis comprender que esto es ya de por si un horroroso castigo para la Humanidad.

Cuando alguno me pregunta: D. Esteban ¿cuando comienza el tercer secreto de Fátima? Pero, hermanos Sacerdotes, si lo estamos  viviendo!. ¿No se parece esto a la imagen de aquellos niños, que salen de paseo con la madre y se pone a llover, llover, y cuando están empapados del todo, dicen: madre, cuándo comienza a llover, que no tenemos aquí el paraguas?. ¡Abramos el paraguas, que el castigo ya ha comenzado!

Y ¿por qué?. Porque Dios es la salvación del hombre. Cristo es su Redentor. Una Humanidad que se rebela es una Humanidad perdida. No hay posibilidad de salvación, porque sólo Dios es la salvación del hombre; porque Cristo es el Salvador y Redentor del hombre. Pero una Humanidad que rechaza esto, y rechazando esto rechaza a Cristo como Dios y Salvador, comprendéis que es una Humanidad perdida. Lo prueban los hechos. Siendo Dios amor, quien camina por la senda de Dios, camina por la senda del amor, de lo contrario se camina por la senda del odio y de la violencia.

No hay día en que no se lea en los periódicos, se escuche en la radio, se vea en la televisión, el terrible cortejo de asesinatos, secuestros, robos….La violencia domina en la nación, en todas las naciones: guerras, ora aquí, ora allá; el hecho asombroso de que la mínima discusión política se convierta en guerra, con el peligro de que de local se convierta en mundial, con el peligro, además, de la guerra nuclear, que coincidiría con la verdadera destrucción de la Humanidad.

Hermanos Sacerdotes, en esta perspectiva del ateísmo, plaga de la que debemos hablar y combatir, porque los pecados individuales son reparados en esta vida o en la otra, o por el sufrimiento en esta vida, o por el sufrimiento en el Purgatorio o en el Infierno.

Porque existe el infierno ¿eh?. Sigamos predicando la existencia del infierno. No cerremos nunca la boca como si tuviéramos vergüenza de enseñar esta verdad. ¡Pero si el Señor la ha enseñado  en el Evangelio más de una vez!. Proclamémosla hoy porque el demonio ha usado una táctica la más inteligente de todas: jamás hablar de su persona como si fuera espantapájaros, cuando nunca como hoy está haciendo de las suyas; y tampoco del infierno en la seguridad de que nadie va a ir a parar allí, cuando nunca como en estos tiempos tantos caen en él. Es inteligente ¿verdad?.

Pensad en este hecho: la legalización del aborto. El año pasado, cuando estaba en Nairobi, se tuvo aquí en Italia el referéndum sobre el aborto. No daba crédito a mis ojos. Rezaba para que no triunfase, y luego leo en los periódicos lo que los africanos no podían creer, porque Africa rinde un culto especial a la Maternidad ¿sabéis?.

¡Cómo en la católica Italia, me decía, los misioneros italianos deberían retornar a evangelizar de nuevo a su Patria, a ese 68% que ha legalizado el aborto! Y lo que es mas triste, cuando lo defendían, lo proponían como la adquisición de un derecho civil.

¡La matanza de los inocentes!

¿Qué significa esto?. Que la Humanidad está pervertida.

Una vez un Padre Pasionista me hacia un razonamiento bastante singular. Un sacerdote me dice que en Italia han tenido lugar en el ano 800.000 abortos. Multiplico esta cifra por tres anos, y resultan dos millones y medio de abortos. ¿Posible?. Más que los que murieron en Italia durante la última guerra.

Continúa el P. Pasionista diciendo que en los Estados Unidos alguien le dijo que las víctimas de los abortos son más numerosas que las víctimas habidas en todas las guerras hechas por los Estados Unidos. Ahora, multiplicad el fenómeno en todas las naciones, y este Padre Pasionista me decía: el Señor por justicia debe mandar el castigo, porque si se prolongase y tolerase esta horrible situación, ocurriría que en pocos años las víctimas inocentes, los niños matados en el seno de la madre, serian inmensamente superiores a las víctimas que se producirían en el caso de un castigo.

Y entonces en esta perspectiva…

¿Cómo puede salvarse y volver a Dios esta Humanidad, que como el hijo pródigo, se ha alejado del Padre, y se divierte hoy del modo que todos conocéis, y que no puede salvarse si no retorna a Dios y a Cristo Salvador?

Por la vía de María. Este es el problema. Por esto no cesa de ser Su Hija. Y, entonces, si sé que la Humanidad no se puede salvar, porque su salvación depende de este retorno a Dios, y Ella se siente con las manos atadas; y si no obstante su Amor Misericordioso quiere derramarse sobre esta Humanidad, y ve que esta Humanidad rechaza a Dios, y no la puede salvar porque Dios es la salvación, María tiene siempre una ligazón con la Humanidad, porque es una criatura y porque es Madre incluso de esta Humanidad que no se salva, que se pierde. Y entonces debe ejercitar esta maternidad abriendo se camino para el retorno de la Humanidad a Dios.

He aquí la misión que tiene el Corazón Inmaculado de María hacia la Humanidad de hoy para su salvación: abrirse camino como Madre de Misericordia para que pueda llevarla a aquel sentimiento de arrepentimiento: ¡penitencia! ¡penitencia! ¡penitencia!, y de retorno a Dios, de modo que a través de su Corazón Inmaculado pueda llegar la gran Misericordia de Dios a aquel que vive sin Misericordia, y que a pesar de ello le quiere salvar a él y a toda la Humanidad.

He aquí el gran designio del M.S.M. La Virgen quiere salvarla a través del Movimiento. Ved por qué si entráis en sintonía de corazón con Ella os hace participes sobre todo del misterio de su Amor y de su dolor hacia esta Humanidad de la que Ella es la Madre.

Para que podáis convertiros en instrumentos de su Amor y de su dolor para el retorno y la salvación de esta Humanidad, tan alejada de la casa (Iglesia),del Padre (Dios).

Este es el gran designio del Movimiento Sacerdotal Mariano. Hermanos Sacerdotes, ¡qué grande es su dolor!

Esta mañana la hemos visto en el Corazón del Padre, porque refleja su gloria, y ve que hoy el Universo alcanza el vértice de la apostasía. Y entonces ¿qué hace?

Encierra en su Corazón Inmaculado a todos sus pequeños hijos de todo el mundo, y sobre su Corazón Inmaculado les ofrece a la perfecta glorificación del Padre, revistiéndoles de su propia luz. Y parece que cuanto más aumenta la negación, tanto más aumenta la fuerza de su reparación, por la que cada día se presenta delante del Padre con el ejército de sus pequeños hijos, que reflejan su luz y cantan hoy en el mundo la gloria de Dios. Esta es nuestra misión: cantar la gloria de Dios, ser luz en medio de estas tinieblas, ser gloria en medio de la apostasía. ¡Padre, seas siempre glorificado!.

Y contrabalanceando la perfidia del Adversario que conduce a todos a la rebelión, construye en su Corazón Inmaculado el momento de su gran glorificación. Por lo que el Padre mirando hoy a su Corazón recibe alabanza y gloria perfecta como canta el Salmo;

“De la boca de los pequeños y de los lactantes sale la perfecta alabanza” formados en el Corazón de la Madre. ¡Me agrada hacerlo así, me agrada cantar esta gloria! ¡Qué hermosura, cuando recitamos el Oficio todos juntos! ¡Cómo nos sentimos en sintonía con los Angeles y los Santos!

Es bello glorificar al Señor con nuestro canto, con Su canto, por toda la eternidad no cambiará.

Repetid juntos conmigo: ¡Magnificat, magnificat anima mea Dominum!

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