Cenáculo – 01

Cenáculo – 01

MOVIMIENTO SACERDOTAL MARIANO

Ave María Purísima

VALDRAGONE – S. Marino – 29 de Junio de 1.983

Cenáculo de 6 días de los Responsables del M S M de EUROPA

Os he llamado una vez mas este año y habéis venido de toda Europa para pasar estos días en un Cenáculo continuo Conmigo.

¡Como consoláis mi Corazón en estos tiempos de tanta tribulación! ¡Como glorificáis al Corazón Inmaculado de Vuestra Madre celestial!

Yo reflejo mi luz en vuestro corazón y derramo la plenitud de la gracia, de que estoy llena, en vuestra alma. Estoy siempre a vuestro lado; Me asocio a vuestra plegaria; gozo de veros tan pequeños y dóciles, tan dispuestos a comprenderos, a ayudaros, a caminar juntos por el camino difícil de la Consagración que Me habéis hecho.

¿Por que os he querido aquí este año? Para haceros comprender que ya desde ahora DEBEIS CAMINAR JUNTOS, UNIDOS EN EL AMOR hasta llegar a ser verdaderamente una sola cosa. En estos días, en el Cenáculo de Mi Corazón Inmaculado, quiero hacer de todos un solo. corazón y una sola alma.

La táctica de mi adversario es la del odió y la divisi6n; a dondequiera que va, con su acción solapada y maligna, consigue llevar la ruptura, la incomprensión, el antagonismo.

También trabaja en la Iglesia cada vez más para herirla en su unidad interior. Entonces Yo os reuno de todas partes para ayudaros a que os ameis, a uniros, a crecer en la perfección del amor. Por eso multiplicad por doquiera los Cenáculos de oración y de fraternidad, para dilatar más la fuerza del amor y de vuestra unidad.

Os he llamado aquí arriba para haceros comprender que ya vuestra misión publica está a punto de cumplirse con VUESTRA PERSONAL Y PRECIOSA INMOLACIÓN.

Este es el Año Santo de la Redenci6n, llevada a cabo porMí Hijo en la Cruz. También Mi Corazón Inmaculado se convierte ya para vosotros de cuna en altar sobre el cual debo extender a cada uno de vosotros sobre la cruz, que el Padre os ha preparado para la salvación del mundo. Por ello, hijos míos predilectos, disponeos a vivir con confianza y abandono las horas sangrientas que ya desde ahora os esperan, mientras os hago cada día mas conformes a Jesús crucificado.

Los errores que se difunden en la Iglesia y oscurecen la fe son para vosotros hoy la corona de espinas; los pecados que se cometen, y ni siquiera se reparan ya, son para vosotros dolorosos flagelos; la impureza que se propaga reduce vuestro cuerpo sacerdotal a una haga; el odio del mundo, la incomprensión y hasta la marginación de la que estáis rodeados Son los clavos que os traspasan mientras sois llamados a subir Conmigo al Calvario sobre el que vais a ser inmolados para la salvación del mundo.

Os he llamado aquí una vez más PARA OBTENEROS EL ESPíRITU SANTO, que el Padre y el Hijo os dan con sobreabundancia por vuestra incesante oración, unida a Mi maternal intercesión. El os transformará en llama ardiente de celo por la gloria de Dios y en testigos valientes de Jesús en estos tiempos que se han hecho tan perversos.

La lucha entre vuestra Madre celestial y su adversario ha entrado ya en su fase decisiva. La Mujer vestida del Sol COMBATE ABIERTAMENTE. con su ejercito contra el ejercito a las ordenes del dragón rojo, a cuyo servicio se ha puesto la bestia negra, venida del mar.

El dragón rojo es el ateísmo marxista, que ha conquistado ya el mundo entero y ha llevado a la humanidad a construir una nueva civilización sin Dios. Por esto el mundo se ha convertido en un desierto árido y frío, sumergido en hielo y en las tinieblas del pecado y de la impureza.

La bestia negra es también la Masonería, que se infiltra en la Iglesia y la ataca, la hiere y trata de demolerla con su táctica solapada y peligrosa. Su espíritu se difunde por todas partes como una peligrosa nube tóxica, y conduce a la parálisis de la fe, a apagar el ardor apostólico, alejándola cada vez mas de Jesús y de su Evangelio.

Ha llegado, pues, el tiempo de combatir con valentía, apóstoles de estos últimos tiempos, a las 6rdenes de Vuestra Capitana. A la división quiero responder, por medio de vosotros, reforzando la Comunión y el amor que os une hasta haceros una sola cosa; a la propagación del pecado y del mal Yo respondo con vuestra inmolación sacerdotal y por esto os ayudo a subir al Calvario y os extiendo en la cruz en la que cada uno debe ser inmolado. Contra el ataque del dragón rojo y de la bestia negra Yo respondo llamándoos a todos a combatir para que Dios sea cada vez más glorificado y la Iglesia sea curada de las dolorosas llagas de la infidelidad y de la apostasía.

Orad, amad, haced penitencia; caminad por el camino de la humildad, de la pequeñez, del desprecio del mundo y de vosotros mismos, siguiendo a Jesús que tanto os ama, y os conduce.

La victoria resplandecerá pronto por todas partes cuando, por medio deMi Corazón Inmaculado, venga a vosotros el Reino glorioso de Jesús, que, en Su Espíritu de Amor conducirá a toda la creación a la mayor glorificación del Padre y se renovará finalmente la faz de la Tierra.

Por esto, antes de descender de este monte, os miro uno a uno con maternal ternura y os lleno el corazón de gracias que mas adelante comprenderéis, y os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

En la HOMILIA de D. GOBBI en Barcelona el 29-9-82 dijo:

“Este año la VIRGEN me ha dicho que os haga una PROMESA en Su nombre.

Dando vueltas por el mundo me encuentro SIEMPRE con este problema: Los PADRES me dicen: Cuando (los hijos) eran pequeños iban con nosotros a MISA y rezaban, pero luego en la Escuela Superior, en la Universidad ya no rezan, ya no quieren ir a la iglesia, y los padres tienen miedo de su condenación. Entonces yo le dije a la Virgen: “MADRE, estoy cansado de ver cuántos padres lloran, Y ELLA me ha dicho: “Haz esta promesa: SI LOS PADRES REZAN CADA DIA UNA PARTE DEL ROSARIO diciendo: QUIERO ATAR A MIS HIJOS A TU CORAZON, YO te prometo que los salvaré”

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad